La etapa de Jonathan Hickman ha llegado a su final. Las Secret Wars han concluido y es el momento de que los Vengadores emprendan una nueva etapa bajo las riendas del guionista Mark Waid. Panini Comics recopila en este tomo los primeros números de la colección All-New, All-Different Avengers.
De vez en cuando toca refundar los conceptos que condujeron a algunos héroes a reunirse para enfrentar amenazas mayores a las que uno solo de ellos puede superar. Normalmente un villano de poder considerable es el que da con una consecuencia indeseable para él, pues Los Vengadores no suelen ser un hueso fácil de roer. Loki, dios asgardiano de la mentira y el engaño ha ocupado ese lugar en diversas ocasiones, desde la primera encarnación y alguna posterior. Ahora todos los cañones de luz apuntan a una posibilidad de que vuelva a ser él, pero Mark Waid no va a caer en el recurso fácil y manido.
Tras más de cincuenta y siete años de comics de Los Vengadores, buscar una alineación puede resultar complicado. Cada uno tenemos nuestros favoritos, podemos ser fans a muerte de la trinidad que forman Iron Man, Thor y el Capitán América o por el contrario preferir la ausencia de alguno de ellos. Podemos desear a uno de los pesos pesados y al mismo tiempo mostrar simpatías por ese héroe o heroína que sin ser tan fuerte o poderosa nunca debería faltar en nuestra formación. Waid tenía muy claro con qué personajes clásicos contar, la sorpresa seguramente venga de la mano de los más jóvenes e inexpertos.
Ms. Marvel se había convertido en todo un fenómeno tras su relanzamiento como alter ego de Kamala Khan. El Spider-Man favorito de muchos no se apellida Parker y compartir nombre no les hace necesariamente iguales, ¿verdad Miles Morales?. Y qué decir del imberbe Sam Alexander y su hallazgo de un casco Nova. Los tres aportan esa sangre nueva tan necesaria que casa a la perfección con los que ahora toman el papel de mentores para que los chavales puedan dar lo mejor de sí mismos sin poner en peligro al resto de la sociedad.
Esos mentores no llegan en su momento de mayor plenitud dentro de la historia de cada personaje. Thor ya no es el musculado hombretón, hijo de Odín sino Jane Foster. El Capi ahora tiene alas y bajo su máscara se oculta Sam Wilson. La Visión acaba de resetear sus emociones para solventar un pequeño problema y vuelve a ser prácticamente el personaje original. Y Iron Man… es Tony Stark, pero su falta de disponibilidad de capital efectivo le alejan de ser el mecenas de Los Vengadores por lo que toca olvidarse de cuarteles generales ostentosos o de recibir un sueldo por pertenecer al grupo.
Mark Waid va a explotar el potencial de esos problemas llegando a lograr una combinación casi perfecta que en parte nos recuerda a los personajes que Kurt Busiek y Carlos Pacheco eligieron para protagonizar Siempre Vengadores. Grandes personajes que igual no pasaban por su mejor momento. Y eso es capaz de generar historias relevantes e inspiradoras en las que encontrar la superación, donde la suma de las partes es mejor que la mejor versión de cualquiera de ellos.
Para ilustrar estos episodios vamos a contar con la veteranía contrastada de Adam Kubert y el más novel Mahmud Asrar, que en este momento ya había pasado por colecciones de la franquicia mutante como La Nueva Patrulla-X o Lobezno y La Patrulla-X arrojando un gran resultado. Ambos se reparten el trabajo en los diferentes arcos argumentales dejando una sensación de solidez sin excesivos alardes, con una apuesta más narrativa que preciosista y recargada de detalles.
Aventuras frescas que no abandonan el sabor a clásico inmediato, con la aparición de algunos secundarios de lujo y villanos a la altura del buen nombre de Los Vengadores. Unas páginas que se disfrutan tanto si acababas de llegar a la serie como si llevas años pegado a la estela de unos Vengadores que estaban más de actualidad que nunca gracias a su éxito cinematográfico.
