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Una nueva forma de hacer televisión
En las dos últimas décadas el desarrollo de ciertos elementos tecnológicos, sobre todo Internet y los dispositivos móviles (tabletas, ordenadores portátiles, teléfonos móviles, etc.) han provocado nuevos hábitos de consumo audiovisuales, especialmente entre lo más jóvenes. Una nueva demanda, que ha modificado las vías de explotación cinematográficas y ha permitido el surgimiento de nuevas iniciativas empresariales, como los nuevos modelos de negocio en la distribución de contenidos audiovisuales.
En agosto de 1997, en Scotts Valley (California), Reed Hastings y Marc Randolph, dos jóvenes emprendedores con experiencia en nuevas tecnologías, fundaron Netflix. Nació como una compañía de venta y alquiler de DVDs a través de Internet. Ambos se habían percatado con anterioridad del potencial del DVD frente al VHS. Y, de hecho, fueron las características de este soporte (peso y dimensiones) las que les permitieron implementar la idea del envío de los DVDs a través del correo postal estadounidense.
El año 2007, Netflix volvió a revolucionar el mercado, en este caso, lanzándose al streaming y al Video On Demand. Así, el 16 de enero de dicho año, la compañía emitió un comunicado de prensa en el que anunciaba la inclusión, sin cargo alguno, de una nueva característica en su servicio. Por cada dólar que el suscriptor pagaba, iba a poder acceder al visionado de una hora de vídeo. Todo ello en streaming, desde su ordenador y abarcando un catálogo compuesto por unas 1.000 películas y series de televisión. Así es como Netflix se percató de que los servicios de Internet y la tecnología para transmitir vídeo en streaming eran opciones más sencillas y eficaces para llegar a los hogares de sus espectadores. Y decidió introducir dicha tecnología para que sus suscriptores pudieran acceder a las películas y shows de televisión desde sus ordenadores.
En la actualidad, Netflix sigue revolucionando y siendo pionero en los canales de distribución de contenidos. El precio actual de este servicio es de 8 dólares al mes. Las claves de su éxito, asentado en el modelo de negocio de long tail, se basan en ofrecer un amplio catálogo audiovisual, en la innovación continua para satisfacer mejor a sus clientes y en su vía de ingresos, la suscripción.
¿Netflix pierde la trascendencia mundial de sus series?
Netflix, que empezó siendo un amplio catálogo de contenidos, creció de tal manera que se planteó comenzar a generar sus propios productos audiovisuales. Así es como sus series originales son capaces de hacer competencia a las grandes producciones de FOX o HBO.
Sin embargo, su forma de presentar los contenidos se enfrenta a un dilema. Es el caso de su última serie, ‘Stranger Things’, la cual muchos piensan que de haberse emitido semana por semana podría haber hecho competencia a ‘Juego de Tronos’. Y es que el comentario social desaparece en un par de semanas a diferencia de las series que se exhiben de forma tradicional; ha pasado con sus emblemas minoritarios, ‘House of Cards’ y ‘Orange Is the New Black’, y también con nuevos títulos; la segunda parte de ‘Daredevil’ apenas hizo ruido.
¿Es Netflix el modelo de distribución del futuro o son las formas tradicionales las preferidas?