Segundo tomo de la nueva época de X Factor, el equipo mutante al servicio de la libre empresa. Aunque no siempre hagan caso al jefe.
Peter David y Carmine Di Giandomenico continúan con su actualización del mundo heroico con una critica mordaz e inteligente. Una visión fresca y sin ninguna vergüenza que no deja títere con cabeza.
Una adolescente publica un vídeo en internet en el que afirma que esta atrapada por su padre, un eminente predicador de la doctrina antimutante. Y Dogu Ramsey no puede evitar arrastrar al resto de X Factor a un rescate que no acaba como ellos creen. La joven no es lo que parece, ni su familia. Así comienza otro gran repaso a las responsabilidades de los superhéroes una vez se ponen un uniforme sin que nadie se los pida. ¿Por qué se justifica que existan enmascarados? ¿es legitimo crear grupos para realizar acciones humanitarias?¿qué empresa lo haría? ¿por qué?
Peter David consigue lo que pocos pueden, es capaz de embutir en unas pocas paginas mucho material. La responsabilidad de las acciones temerarias, aún con buenas intenciones, la arrogancia de creerse con la verdad por haber pasado por algo parecido, básicamente le da la vuelta a lo que valida a los superhéroes, el ser necesarios. Y no contento con hacerlo decide acabar con una redención, una demostración de fuerza por encima de lo que creíamos, Mercurio, uno de los más denostados, se convierte en un ser humano y admite su culpabilidad. Pero que nadie se preocupe, David no ha olvidado la parte del entretenimiento, y sabe dosificarla, justo cuando es necesario existen alivios cómicos. Bueno, cómicos para el lector, un marronazo para Gambito y su manía de llevarse damas a la cama sin preguntar.
Peter David es un guionista que sabe como funcionan sus personajes, y tanto X Factor como Hulk fueron sus niños mimados. A nadie le extraño que recuperara a personajes de su primera época para resucitar su grupo. Y así como fue capaz de convertir a Jamie Madrox en un increíble protagonista, en esta nueva encarnación son Mercurio y Polaris los que reciben ese tratamiento reparador que David domina. Y sabiendo que la serie ya ha cerrado, estoy seguro que nos quedaremos con las ganas de ver lo que tenía preparado para los demás, porque Doug Ramsey empezaba a ser importante, la relación e Peligro y Warlock estaba pasando de fase infantil a adolescente, y lo que le esperaba a Gambito es algo con lo que sólo puedo elucubrar, porque me da que este amoral ladrón empieza a creer que los hombres X tenían un sentido, un propósito, y un grupo propiedad de una corporación tiene una cuenta de gastos y publicistas.
David sigue acompañada por Carmine Di Giandomenico, y a cada numero aumenta la dificultada para el dibujante. El artista tiene que presentar a un buen montón de poderes espectaculares, y sale sobradamente airoso, pero a David le interesa más que pueda contar un dialogo de forma interesante. No muchos son capaces. Giandomenico acepta el desafío y se trabaja todas las viñetas para que aunque la mayor acción que puede mostrar sea un monologo, tan típico de los tipo sen mallas, tenga una estructura ágil y un diseño e pagina atractivo. Es un artista que vive de la velocidad, no de las de sus personajes, sino la que usa el lector, no deja que se agolpen los diálogos y hace que saltemos de viñeta en viñeta, dinámico, velocidad pura.
Aunque la serie ya tiene los días contados y poco falta para que se nos acabe el disfrute, David no permite que le atosiguen, y sigue dando con fuerza en cada número. Y con este dibujante es aún más fácil para el americano. Una muy recomendable serie que no ha gozado con el interés del público, pero que lleva un paso adelante a los superhéroes, sus grupos y sus relaciones con el mundo más allá de su microverso de buenos y malos.
