Usar el móvil en el cine parece una estupidez, pero es algo que pasa cada vez más en las salas. Y ahora Oppenheimer se ha cansado de ello.
Oppenheimer le ha declarado la guerra a los que usan el móvil en el cine. Tanto Barbie como la cinta de Cillian Murphy se han beneficiado del «fenómeno Barbenheimer» para llevar al público a las salas. Sin embargo, el principal beneficiario es probablemente la epopeya histórica de tres horas de Christopher Nolan, pues de otro modo no la habrían visto en los cines debido a su larga duración. Sin embargo, en las redes sociales algunos cinéfilos han lamentado que haya sido todo un éxito la película. Básicamente, parece que Oppenheimer ha iniciado un conflicto en la vida real contra los que usan el móvil en el cine.
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La gente se pone a ver vídeos o a tuitear mientras ve la película
La ubicuidad y la potencia de los smartphones modernos ha cambiado radicalmente el funcionamiento de la sociedad. En los 80 y 90, los padres que salían dejaban los números de teléfono de restaurantes y cines a las niñeras para casos de emergencia. Sin embargo, a día de hoy pequeñas consideraciones como silenciar los timbres o disminuir el brillo de la pantalla pueden mitigar la molestia a la hora de ver películas como Oppenheimer. Además, si hay una emergencia, un espectador educado atendería la llamada saliendo rápidamente de la sala. Pero, al parecer, durante las proyecciones de Oppenheimer la gente se ha aburrido y ha empezado a utilizar sus teléfonos para navegar por las redes sociales o incluso ver vídeos.
Las molestias en las salas de cine con Oppenheimer no son un problema nuevo, incluido el uso del teléfono. Los cines recuerdan a los espectadores que apaguen sus teléfonos, normalmente entre los anuncios y los tráilers. La magia única del cine tiene muchos componentes y la experiencia en la sala es uno de ellos. Incluso más que hablar, interrumpir o cualquier otra forma en que la gente se comporte mal con el público, desplazarse por el teléfono es peor. Esperemos que algún día la gente cambia estos malos hábitos.