Esta película de acción es una montaña rusa con dilemas personales que se ha colocado rápidamente número 1 en Netflix.
Este tipo de cine, con sus explosiones, persecuciones y coreografías espectaculares, puede parecer un género sencillo, pero requiere un delicado equilibrio entre narrativa y adrenalina para mantener al espectador atento. Ad Vitam, dirigida por Rodolphe Lauga y protagonizada por Guillaume Canet, Stéphane Caillard, Alexis Manenti y Zita Hanrot, es perfecta por si quieres ver en Netflix una interesante película de acción, fuera de Hollywood.
Aquí te dejo el tráiler.
¿De qué trata?
Atención SPOILERS. La trama de esta película de acción sigue a Franck (Guillaume Canet), un exagente de la GIGN (Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional) que enfrenta el peor día de su vida. Tras sobrevivir a un intento de asesinato en su trabajo, regresa a casa solo para encontrar a su esposa embarazada, Léo (Stéphane Caillard), secuestrada por un grupo de atacantes armados. A medida que la película avanza, se nos revela que Franck y Léo no son una pareja común; ambos se conocieron y enamoraron mientras entrenaban juntos en la élite de intervención, compartiendo no solo un profundo vínculo emocional, sino también habilidades excepcionales para el combate.
Sin embargo, la carrera de Franck se vio truncada tras un trágico incidente en el que desobedeció órdenes directas, resultando en la muerte de dos compañeros bajo su mando. Ahora, perseguido por la policía por un caso de asesinato y con el tiempo en su contra, Franck debe utilizar todo lo que aprendió como agente para salvar a su esposa. Pero, como suele ocurrir en este tipo de thrillers, el pasado nunca se queda atrás, por lo que la película de acción comienza como una misión de rescate personal pero luego se convierte en una búsqueda para desenmascarar una red de traiciones.
Personajes y emociones en la balanza.
Franck es un protagonista complejo, pero la interpretación de Guillaume Canet carece de la intensidad emocional que suele destacar en héroes de acción memorables. Su caracterización se siente demasiado controlada, con pocas muestras del tormento interno que debería acompañar a alguien que enfrenta una situación tan desesperada. Aunque sus habilidades físicas están bien representadas en pantalla, le falta esa chispa emocional que conecta al público con su lucha.
Por otro lado, Léo, interpretada por Stéphane Caillard, ofrece un contraste interesante. Como ex-agente entrenada, tiene momentos para brillar y demostrar que no es una simple «dama en apuros». Sin embargo, la película de acción no explora completamente su potencial, relegándola principalmente al papel de víctima que Franck debe salvar. Los personajes secundarios, como Nico (Alexis Manenti) y Manon (Zita Hanrot), aportan pequeños destellos de humanidad, pero su presencia es fugaz, como si solo existieran para avanzar la trama.
Acción y escenarios impactantes.
Donde Ad Vitam realmente se luce es en sus escenas de acción. Rodada en locaciones emblemáticas como París y Versalles, la película aprovecha al máximo estos paisajes para entregar persecuciones de alta velocidad, tiroteos intensos y acrobacias físicas. Las escenas en las que Franck escala edificios o utiliza ingeniosos dispositivos para escapar de situaciones límite son visualmente impresionantes, aunque a veces cruzan la línea de lo creíble, cayendo en lo exagerado.
Un momento destacado ocurre cuando Franck utiliza un sistema de cuerdas aéreas para realizar una maniobra imposible en el momento exacto. Es una escena diseñada para emocionar, pero también es un ejemplo de cómo la película de acción prioriza el espectáculo sobre la lógica. Estas decisiones narrativas, aunque entretenidas, pueden desconectar al espectador que busca una trama más cohesionada.
Más estilo que sustancia.
Aunque Ad Vitam tiene todos los elementos de un buen thriller de acción, es decir, un héroe en busca de redención, un pasado trágico, secuencias de alta tensión, su guion carece de la profundidad necesaria para elevarla más allá del entretenimiento pasajero. El ritmo a veces se ve afectado por flashbacks que, aunque ofrecen contexto, no logran añadir el peso emocional suficiente para justificar las decisiones de los personajes.
El director Rodolphe Lauga, junto con los guionistas Guillaume Canet y David Corona, entrega una historia que podría haber sido más memorable si se hubiera enfocado tanto en los personajes como lo hace en las secuencias de acción. La cinematografía de Vincent Mathias aporta dinamismo visual, pero no logra compensar las deficiencias narrativas.
Una experiencia disfrutable pero olvidable.
En última instancia, Ad Vitam es una película de acción que cumple con los requisitos básicos del género de acción, ofreciendo adrenalina y escenas emocionantes, pero que no logra dejar una huella duradera. Para los amantes de los thrillers de persecuciones y enfrentamientos espectaculares, esta puede ser una opción entretenida, pero quienes busquen una historia más profunda y personajes memorables podrían sentirse decepcionados.
Con un título que significa «para la vida» en latín, Ad Vitam intenta explorar temas de amor, sacrificio y redención, pero termina siendo más una montaña rusa superficial que un viaje emocional significativo. Sin embargo, como un escape de dos horas lleno de adrenalina, es una opción que bien vale la pena considerar.
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