La primera entrega de la saga Mad Max impactó mucho y por eso trataron de imitarla como en Estados Unidos con esta película de ciencia ficción de 1986.
Los años 80, menuda gran época para el cine donde los medios técnicos y los presupuestos bajos se superaban con buenas ideas. El director Mike Marvin, decidió que era hora de hacer una versión americana de la australiana Mad Max con su propio engendro de velocidad y venganza sobrenatural. Así nació la película de ciencia ficción The Wraith (El Aparecido y El Ejecutor).
Por desgracia no lo consiguió y se parece más a una versión de El Cuervo con toques de Fast & Furious. Aun así, es muy recomendable si sabes exactamente lo que vas a ver.
La trama de The Wraith (1986): Carreras, romance y venganza.
En The Wraith, Charlie Sheen interpreta a un misterioso espíritu con una misión de justicia. En una pequeña ciudad del desierto de Arizona, una pandilla de corredores callejeros liderada por el despiadado Packard Walsh (Nick Cassavetes) aterroriza a los jóvenes locales, obligándolos a participar en carreras de autos donde el premio siempre es su vehículo… y a veces sus vidas.
Todo cambia cuando un coche futurista (Dodge M4S Turbo Interceptor negro) aparece de la nada, conducido por un misterioso conductor enmascarado. Este enigmático vigilante, que resulta ser el espíritu de un joven asesinado por la pandilla, está decidido a ajustar cuentas. Cada miembro de la banda recibe su merecido en una serie de carreras explosivas y sobrenaturales.
La trama de Mad Max (1979): Apocalipsis en la carretera.
Ahora, retrocedamos unos años a 1979, donde el director George Miller nos entregó una obra maestra del cine de acción post-apocalíptico con Mad Max. En un futuro cercano, la sociedad está al borde del colapso y las carreteras son controladas por pandillas de motociclistas psicópatas. Aquí conocemos a Max Rockatansky (Mel Gibson), un oficial de policía que patrulla las autopistas desoladas de Australia.
Cuando una pandilla liderada por el salvaje Toecutter asesina a su familia, Max decide tomar la justicia en sus propias manos. Con su icónico V8 Interceptor, Max se embarca en una furiosa cruzada de venganza, enfrentándose a los despiadados criminales en una serie de persecuciones y choques que redefinieron el género de acción.
¿Intento fallido o gemelo malvado?
Entonces, ¿cómo se compara The Wraith con Mad Max? Ambos filmes comparten la pasión por las persecuciones de alta velocidad y la justicia personal, pero mientras Mad Max se convierte en un clásico del cine por su crudo realismo y brutalidad, The Wrait opta por un enfoque más místico y de ciencia ficción. Aquí no tenemos un futuro distópico, sino un pequeño pueblo americano con un problema muy grande y un coche que parece haber salido de un futuro cercano.
El intento de esta película de ciencia ficción de canalizar la misma energía frenética de Mad Max es, en el mejor de los casos, una experiencia entretenida y, en el peor, una mezcla extraña de géneros que resulta en una obra de culto por razones que sus creadores probablemente nunca anticiparon. Ya que el propio director escogió Mad Max como inspiración y quiso añadir algo de Infierno de cobardes (1973), el resultado, es simplemente curioso.
Conclusión: Un espíritu que necesitaba más gasolina.
The Wraith nunca alcanzó las alturas míticas de Mad Max, pero eso no significa que no sea un viaje salvaje por derecho propio. Con sus efectos especiales de los 80, una buena banda sonora y una trama que desafía la lógica, The Wraith es una joya peculiar del cine de acción que merece ser vista, sobre todo si eres amante del cine de esa década.
Así que, la próxima vez que busques una película de ciencia ficción de coches y venganza, dale una vuelta a The Wraith. No será el nuevo Mad Max, pero seguro que te llevará por un camino inesperado y sobrenatural.