Si te gustan las películas de ciencia ficción y quieres algo diferente, aquí te dejo una recomendación que no puedes perderte.
En un rincón brumoso, donde las máquinas resuenan y los sueños se desvanecen, se encuentra La ciudad de los niños perdidos (La cité des enfants perdus) de 1995. Dirigida por Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro, esta película de culto nos transporta a un mundo de ciencia ficción, fantasía, aventura y misterio. A través de su estilo visual único y su narrativa surrealista, esta obra cinematográfica se ha ganado un lugar especial en el corazón de los cinéfilos.
Si te preguntas: ¿De qué trata? Ahora te lo explico.
La historia se desarrolla en una plataforma marina envuelta en una densa niebla. Allí reside el malvado Krank, un genio envejecido prematuramente debido a su incapacidad para soñar. Obsesionado con recuperar la facultad de soñar, Krank secuestra a los niños de la ciudad para robarles sus sueños. En esta búsqueda no está solo, ya que Irvin, un cerebro flotante en un acuario, y la señorita Bismuth, junto con una banda de clónicos, también comparten su destino.
Al otro lado de la niebla, en la ciudad portuaria, encontramos a One, una fuerza de la naturaleza ingenua pero valiente. One busca a su hermano pequeño desaparecido y se enfrenta a los peligros que acechan en este mundo distorsionado. La película de ciencia ficción nos lleva por un laberinto de personajes extravagantes, criaturas mecánicas y paisajes oníricos.
En el reparto encontramos a Ron Perlman, Daniel Emilfork, Judith Vittet, Dominique Pinon, Jean-Claude Dreyfus, Geneviève Brunet, Odile Mallet, Mireille Mossé, Serge Merlin, Rufus, Ticky Holgado, Joseph Lucien, Mapi Galán, Briac Barthélémy, Pierre-Quentin Faesch, Alexis Pivot, Léo Rubion y Guillaume Billod-Morel.
Un estilo visual único que te atrapará.
Esta película de ciencia ficción destaca por su estética steampunk, una mezcla de elementos victorianos, tecnología retrofuturista y maquinaria industrial. Los escenarios están llenos de engranajes, tuberías y estructuras metálicas oxidadas. La paleta de colores oscila entre tonos grises y sepia, creando una atmósfera opresiva y misteriosa.
Las criaturas mecánicas, como el pulpo mecánico que cuida a los niños secuestrados, son asombrosas en su diseño. Sus movimientos son torpes y mecánicos, pero también evocan una extraña ternura. La película utiliza efectos prácticos y maquetas para dar vida a este mundo fantástico.
Un viaje inolvidable te espera.
La ciudad de los niños perdidos es una experiencia cinematográfica única. Su estilo visual, su imaginación desbordante y su elenco memorable la convierten en una joya del cine de culto. Si aún no la has visto, te invito a adentrarte en este mundo surrealista y descubrir sus secretos ocultos. ¡Prepárate para un viaje inolvidable!
Si te gusta la ciencia ficción tanto como a mí, aquí te dejo otra recomendación.