Esta película de ciencia ficción demuestra que la humanidad es demasiado problemática para que los alienígenas decidan venir a vernos.
Attraction (2017) es una película de ciencia ficción dirigida por Fedor Bondarchuk que nos transporta a un Moscú moderno, donde lo cotidiano se transforma en un escenario de primer contacto con una raza alienígena. La trama comienza con Julia (Irina Starshenbaum), una joven universitaria, quien, marcada por la muerte de su madre, ha adoptado una visión nihilista del universo, viéndolo como un espacio frío y vacío. Este escepticismo se ve desafiado cuando un gigantesco objeto extraterrestre irrumpe en la atmósfera terrestre y causa estragos al estrellarse en la ciudad.
La historia se desarrolla con Julia y su entorno intentando lidiar con las consecuencias de este evento catastrófico. Los alienígenas, liderados por un ser llamado Hakon (Rinal Mukhametov), no llegan con intenciones de invasión, sino simplemente para reparar su nave y regresar a su planeta. Sin embargo, la caída del OVNI desata caos y miedo, lo que rápidamente lleva a conflictos tanto internos como externos. El gobierno ruso, liderado por el coronel Levedev (Oleg Menshikov), quien es también el padre de Julia, se enfrenta a la difícil tarea de mantener el control mientras protege a su país de posibles amenazas extraterrestres.
La Tierra es un lugar peligroso para los alienígenas.
Uno de los aspectos más intrigantes de la película de ciencia ficción es el desarrollo del vínculo entre Julia y Hakon. Lo que comienza como un simple acto de humanidad cuando Julia salva a Hakon, evoluciona en una relación profunda que desafía los límites de lo que entendemos como amor. Hakon, a pesar de ser un extraterrestre, es capaz de experimentar y comprender emociones humanas, algo que se refleja en su conexión con Julia. Esta relación no solo cuestiona la naturaleza de los sentimientos humanos, sino que también plantea preguntas sobre la moralidad y la empatía en tiempos de crisis.
El conflicto se intensifica cuando Tyoma (Aleksandr Petrov), el novio de Julia, incita una resistencia violenta contra los alienígenas, alimentando un odio que se convierte en el motor de una lucha desesperada. Artiom y su grupo representan la reacción humana más visceral al miedo de lo desconocido, lo que contrasta fuertemente con la perspectiva más racional y empática de Julia. Este choque de ideologías culmina en un enfrentamiento trágico, donde la venganza y el malentendido desencadenan una serie de eventos que ponen en riesgo tanto a los humanos como a los alienígenas.
El final es muy intenso.
Attraction no es solo una película de ciencia ficción sobre invasiones extraterrestres; es una exploración de cómo la humanidad reacciona ante lo desconocido y cómo las emociones humanas pueden ser tanto una fuente de destrucción como de salvación. La película combina elementos de acción y drama con profundas reflexiones sobre la naturaleza de la humanidad, la violencia, y el amor, creando una narrativa que es tanto visualmente impactante como emocionalmente resonante.
El final de Attraction nos deja con una pregunta inquietante: ¿Estamos preparados para enfrentar a lo desconocido con humanidad, o nuestra naturaleza destructiva nos llevará a la perdición? Es un interesante debate.
Además descubrimos que los extraterrestres no quieren venir a la Tierra porque consideran que nuestra civilización es conflictiva y tecnológicamente atrasada. Su llegada al planeta es accidental, y una vez aquí, solo desean reparar su nave y regresar a su hogar. Observan que la humanidad está plagada de divisiones y violencia, lo que refuerza su desinterés en interactuar con nosotros. Además, son conscientes de que su avanzada tecnología podría ser peligrosa si cayera en manos humanas, lo que los motiva aún más a evitar cualquier contacto prolongado y a abandonar la Tierra lo antes posible. ¿Estás de acuerdo con esta premisa? Dímelo en comentarios.
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