¡Repugnante! El malévolo, enfermizo y tétrico payaso de ‘IT’ (2017) conocido como Pennywise se comía a un bebé en esta escena eliminada.
Pennywise se comía a un bebé en una escena eliminada de ‘IT‘ (2017). Como ya os contamos en su día, la película de Andy Muschietti iba a ser muy distinta. Iba a estar dirigida por Cary Fukunaga (‘True Detective’) y a tener un enfoque tremendamente sangriento y espeluznante. Nada que ver con el resultado final del film de Warner Bros. Pictures. Pero ahora ha salido a la luz una escena eliminada de ‘IT‘ que era, directamente, repugnante. Y en ella el payaso Pennywise, interpretado por el enigmático Bill Skarsgard, se comía a un inocente bebé. Atentos a lo escabroso del asunto que describimos en los siguientes párrafos.
Así era la escena eliminada de ‘IT’ (2017) en la que Pennywise se comía a un bebé.
Como ha recogido CinemaBlend, un actor llamado Timothy Simons (‘Veep’) hizo el casting de ‘IT‘ para interpretar a Pennywise y ha revelado recientemente en el podcast Throwing Shade la siguiente información:
«Yo hacía de Pennywise en los comienzos de Derry. Tenía que convencer a una mujer de que me diese el bebé para comérmelo. Era terrorífico. Lo que lo hacía más horrible todavía era la frialdad y lo directo que se mostraba el personaje. Algo así como: o haces esto, o esto es lo que te pasará. Todo fue terrible«.
Timothy Simons no explicó nada más al respecto. Pero CinemaBlend fue un poco más allá y buceó en la profundidad de Reddit para encontrar el testimonio de un colaborador del film. En ese texto se incluía uno de los guiones desechados de ‘IT‘. Esta es la escena que ha comentado Simons y que se quedó fuera del guion:
«Ella [personaje] se aleja del bebé. Observa el fuego. El plano se mantiene en su cara mientras parece que empieza a brillar con más fueza, sobre su hombro, desenfocado, Pennywise. El payaso se arrastra hacia el bebé y comienza a darse un festín. Un llanto agudo del bebé se corta mientras escuchamos un crujido. Abigail [la mujer] sigue mirando el brillo anaranjado, ininterrumpidamente. Pero no el brillo del fuego, sino el de las luces de la muerte. Su expresión cambia. Miedo. Negación. Dolor. Aceptación. Y luego nada. Una mirada vacía. Como si nada horrible estuviera ocurriendo detrás de ella«.