Tetris: de la Unión Soviética a la demanda estadounidense
Tetris ha sido una de las sorpresas de 2023. La película de Jon S. Baird y Noah Pink (dirección y guion) pasó de boca a boca y se convirtió en una de los estrenos más aplaudidos de Apple TV. La trama enganchaba, la factura era buena, la actuación de Taron Egerton estupenda y la historia real en que se basa la ficción es adictiva. Pero esa trama llena de giros, complicaciones, trampas y mentiras parece que sigue adelante en la vida real.
El editor en jefe de Gizmodo, Dan Ackerman, mantiene que el filme se basó en The Tetris Effect: The Game That Hypnotized the World. Libro escrito por él que trata, precisamente, de los orígenes del popular juego en la Unión Soviética y las problemáticas para lograr sus derechos a nivel internacional. Sí, justo lo mismo que la película. Eso sí, hay que tener en cuenta que ambos cuentan algo que sucedió de verdad así que todo está en manos de los abogados.
La demanda en cuestión
Ackerman ha presentado una demanda por no menos de 4,8 millones de dólares en daños puesto que, según él sostiene, hizo llegar una copia del libro antes de su publicación a The Tetris Company pero esta no estaba interesada en llegar con él a ningún tipo de acuerdo. No parecía haber voluntad desde la compañía de trabajar de manera conjunta en ningún proyecto relacionado con el citado libro, pero luego se estrenó el filme.
Además de solicitar la indemnización la demanda también incide en que el escritor debe recuperarse de “daños legales de hasta 150 000 dólares por cada derecho de autor infringido» por «infracción deliberada de los derechos de autor» por parte de los demandados, además de la habitual asunción de los costes del juicio.
La demanda detalla que «La película Tetris es sustancialmente similar en casi todos los aspectos materiales, incluidos capítulos y páginas específicas de dicho libro que simplemente se adaptaron del libro a la película sin el conocimiento, autorización o consentimiento del demandante” y se explaya al indicar que “el acusado Pink desarrolló un guion, cuyo contenido fue tomado del libro y engañosamente convertido en un proyecto cinematográfico sin el conocimiento o consentimiento del demandante, lo que incluía la falta de cualquier derecho de opción o licencia”.
La compleja historia de Tetris todavía no ha terminado.
