En Project wolf hunting unos peligrosos convictos fuertemente armados a bordo de un carguero, se unen en un intento de fuga coordinado que pronto se convierte en un motín sangriento y total. Pero a medida que los fugitivos continúan con su brutal campaña de terror, pronto descubren que ni siquiera los más crueles entre ellos están a salvo del horror que, sin saberlo, han desencadenado desde la oscuridad debajo de la cubierta.
Las series y películas coreanas nos sorprenden cada vez más, porque no se ciñen al esquema americano al que estamos acostumbrados, que hace películas como churros con un argumento parecido. Provienen de una cultura y moral diferente, que hace que su cine nos parezca muy original.
En este caso, para ver un estilo parecido tendríamos que hacer referencia al cine gore americano de los 90, de bajo presupuesto y de serie B, pero a diferencia de esas películas, en la versión coreana se ha creado con alto presupuesto, y no han escatimado en efectos especiales.
Project wolf hunting te mantiene con los pelos erizados desde los 10 min hasta las 2 horas y pico finales en el que no para de morir gente de las maneras más diversas posibles. El guion ha sido fácil de confeccionar. Se mete en un carguero dirección a corea a un grupo de peligrosos convictos, junto con un número similar de policías. Como cabe esperar se produce un motín que deriva en una masacre mutua, y por si no hacía falta ya más problemas, en una sala oculta del barco transportan a una especie de frankenstein coreano que mantienen dormido con drogas, pero que al despertar comienza a desmembrar y a reventar cabezas a diestro y siniestro.
Si nos olvidamos del guion, lo impactante de la película es la sucesión de asesinatos en la lucha sin cuartel que se produce, en la que cada muerte esta recreada al detalle, con un estilo ultra gore, en la que cada una es más impactante que la anterior. A veces las muertes provocan horror, otras risa, y otras sorpresa. Cuando parece que ya no se puede superar mas, entra en escena el “frankenstein coreano“ que da nuevas opciones macabras, irrumpiendo como un lobo feroz en medio de un rebaño. Como en 2 horas sangrientas ya no queda mucha gente por masacrar, finalmente aparece una historia detrás de todo esto que abre la puerta a una segunda parte.
Al no ser una película americana no podemos adivinar que es lo que va suceder. No estamos acostumbrados a su cine y este no sigue el mismo esquema repetitivo. En el cine comercial americano, dependiendo de la década en la que se ha hecho, sabemos más o menos que va a suceder. Como hemos visto pocas películas coreanas, esto lo hace más interesante, porque le da un soplo de aire fresco, que nos sorprende por su novedad. Así que podemos sentarnos y disfrutar de un sinfín de sorpresas.