Barbie está llena de… de Barbies. Y Ken.
Barbie es ya un éxito, nadie puede decir lo contrario. Lo es de público y de crítica. Una película que ha sorprendido a muchos por las reflexiones y planteamientos que deja, además de ahondar en qué y quién es Barbie más allá de la idea superficial que demasiadas personas tienen sobre ella. También bucea en su historia y trae de regreso algunas de esas muñecas que se perdieron por el camino, o más bien que se dejaron de fabricar.
No me refiero a Allan y Midge, de los que se ha hablado mucho por el estreno de la película y son más o menos conocidos, hay otros modelos que se lanzaron pensando que eran una buena idea… pero no lo fueron tanto.
Más allá de Allan y Midge: El perro come-caca y otros tropezones
Creo que tengo que empezar por la Skipper a la que le crece el pecho. Skypper es la hermana pequeña de Barbie, algo que queda claro puesto que es una adolescente. Mattel siempre a la vanguardia pensaron que para hacer menos compleja la transición de niña a mujer podrían ayudar con una muñeca, en concreto una Skipper que pasaba de ser adolescente a mujer. La forma de hacerlo era que moviendo los brazos podías hacer que creciera y que le salieran pechos (y de vuelta, si lo hacías al revés revertía).
Tanner es el perro de Barbie, es bonito, grandote y adorable. Como todos los perretes come y hace sus cacotas. Hasta aquí todo normal, el fallo viene en que las albóndigas que le das para comer y las que expulsa son las mismas, así que la idea de que está comiendo, literalmente, mierda, no es muy complicada de tener. En realidad no se quitó del mercado por este motivo, fue un tema de seguridad que venía desde la Comisión de Seguridad de los Productos de Consumo de EE.UU.
En 2010 y en pleno auge de las denominadas nuevas tecnologías (nuevas, con matices, en ese momento) se lanzó la Video Girl Barbie que permitía grabar desde una cámara en su pecho para después subirlo a redes o al sitio que se quisiera. Empezó a correrse la voz de que el FBI la estaba investigando por posibles usos ilícitos, algo desmentido por Mattel, pero ya estaba herida de muerte y se dejó de lado.
Pasemos a los Ken
Tenemos un Ken vestido de forma elegante con un pantalón blanco y un perrito pequeño, el nombre es Sugar Daddy Ken y puede dar lugar a equívocos. Si bien la figura fue lanzada pensada en un público adulto, y con Mattel asumiendo que este entendería que el nombre de Sugar era el perro (es decir, es el Ken papá de Sugar) pero con el evidente juego de palabras. Esto en Barbie es aprovecha para que aparezca como un hombre maduro que aclara, por si acaso, que el perrete es Sugar y que él es su Daddy.
También aparece en la película el Ken con pendiente en la oreja, algo nada llamativo hoy pero que en 1993 tuvo más de un comentario. Iba vestido con un chaleco de cuero, camiseta, un colgante planteado y el pendiente (mágico). Parte de la polémica vino por quejas de padre por ser que era un Ken homosexual y claro, en aquella época Mattel no podía permitirse esa publicidad. Curiosamente hoy habría dado exactamente igual.
