Las dos primeras películas fueron aclamadas por la crítica y exitosas en taquilla, la primera llegó incluso a batir récords pero ‘Terminator 3: La rebelión de las máquinas’ no tuvo tanta suerte
Hace días rememoramos la segunda parte de la franquicia, y nos remontamos a los orígenes de la saga iniciada por James Cameron. Las dos primeras películas fueron aclamadas por la crítica y exitosas en taquilla, la primera llegó incluso a batir récords. James Cameron creó el género ‘Tech noir‘ y un auténtico fenómeno fan alrededor del Terminator interpretado por un frío y desalmado Arnold Schwarzenegger. Pero la deriva de la franquicia cambió cuando se estrenó la tercera parte. Parece que James Cameron se llevó consigo la esencia de la saga y el nuevo director, Jonathan Mostow, no supo manejar semejante joya cinematográfica.
No hay grandes diferencias argumentales con respecto a su predecesora: esta vez, John Connor (Nick Stahl) vive desconectado de la realidad para evitar ser encontrado por Skynet, pero deberá afrontar un nuevo intento de las máquinas de acabar con él. El exterminador T-X (Kristanna Loken), el más completo y mortífero creado hasta la fecha, será enviado para aniquilarle. De nuevo Arnold Schwarzenegger, esta vez en la piel de un T-850, será el encargado de protegerle, a él y a su futura esposa Katherine Brewster (Clair Danes).
Las grandes expectativas puestas en el film se desplomaron frente al ansia de gustar y ser aprobado. ‘Terminator 3’ ejecuta los mismos movimientos que sus precuelas una y otra vez, algo que cansa e incluso aburre al espectador medio. Los fans acérrimos de la saga puede que encontraran un entretenimiento muy válido en la más de hora y media de cinta, pero la acción masiva, introducida ligeramente en la segunda parte, se come por completo a la historia en la tercera parte.
Diez años después de que la Humanidad se viera amenazada, John Connor vive como un vagabundo emparanoyado, pensando que cualquier día vendrán a por él. Al fin y al cabo, estaba destinado a liderar la Humanidad contra la dominación de las máquinas y ahora solo puede luchar destrozando algún parkímetro.
Cuando Connor es rescatado de un accidente por el amor de su infancia, Katherine Webster, el T-X (sustituto del antiguo T-1000) entra en escena. Kristianna Loken no es capaz de hacer creíble su personaje; un robot que puede transformar sus extremidades en armas y mimetizarse, encarnado por una actriz que no parece preocuparse ni siquiera por ser el primer androide femenino de la saga. Parece evidente que no le llega ni a la suela de los zapatos a Robert Patrick. A su favor hay que decir que la idea de un androide de estas características no parece la mejor a la hora de crear un personaje verdaderamente amenazante y verdadero, pues el hecho de que un brazo se transforme en un bazooka es más propio de juego de animación para niños que de una película de estas características.
Schwarzenegger sufre en una película que se convierte en una parodia de la franquicia una vez que no queda nada nuevo que contar sobre los cyborgs. Trata de emular las escenas donde se hace con ropa y una moto en las anteriores películas, esta vez en un bar de striptease, y se ve engullido por un montaje caótico y difuso y un guión descmpensado, con momentos de humor desubicados y que arruinan una trama que podría haber sido más explotada dramáticamente en beneficio del resultado final. Incluso el pobre Nick Stahl no da el perfil de héroe en Terminator.
Curiosidades de ‘Terminator 3’:
- Al principio se iban a rodar conjuntamente ‘Terminator 3′ y Terminator 4’, pero faltó presupuesto.
- La escena en la que Arnold coge el ataúd de Sarah Connor con una mano y con la otra dispara le supuso una lesión en el hombro por la que tuvo que se operado.
- Arnold Schwarzenegger se rompió 6 costillas en un accidente de tráfico antes de empezar a rodar la película
- Loken, a pesar de interpretar a un androide, no tiene ni idea de cómo encender un ordenador.
- Kristianna Loken se clavó un cristal en el rodaje de su primera escena; pasaron 6 meses hasta que logró quitárselo.
- Esta actriz tuvo que ganar 7 kilos de peso y aprender artes marciales y manejo de armas.
- Se utilizaron 14 cámaras para rodar el choque del Terminator en el brazo de la grúa contra el edificio de cristal, porque, al igual que en otras muchas escenas, solo había una oportunidad para filmarla correctamente.