Segundo tomo de gran número de páginas que completa las publicaciones realizadas por la editorial independiente americana Dark Horse con la franquicia Predator. Panini Comics da la vuelta a la tortilla y ofrece no solo cazar humanos, también depredadores.
Predator: De miniserie en miniserie
El periplo de Predator como franquicia en los comics ha estado caracterizado por no gozar de una serie abierta, como sucede con Alien. Es muy complicado mantener unos protagonistas con vida durante mucho tiempo y que eso resulte creíble, sobre todo cuando te enfrentas a verdaderas máquinas de matar, que como los Depredadores se toman muy en serio la caza de otras especies que les supongan un reto. Aunque todo se pueda resumir en una matanza tras otra, el verdadero trasfondo es muy distinto, es un deporte llevado al extremo, una forma de vida que queda marcada por una afición grabada a fuego en el ADN de los yautjas.
Eso nos lleva a ir enlazando diferentes historias, diez series limitadas de diferente duración y algunos episodios sueltos, además de la adaptación al comic de la película Predators del año 2010, protagonizada por Adrien Brody, Laurence Fishburne, Topher Grace, Alice Braga o Danny Trejo, entre otros.
Llegando a la conclusión del tomo si encontramos una trama más larga que va a enlazar el contenido de tres partes que comparten un mismo título, Cazadores, casi trescientas páginas con guiones de Chris Warner (el dibujante de la primera serie limitada que se publicó sobre Predator en los ochenta).
Contenido muy variado
Como habéis podido comprobar estamos hablando de muchas historias diferentes, desde aquellas que vuelven a meternos en junglas, esa especie de entorno favorito para la caza, a otras que nos desplazan en el tiempo, desde el Londres victoriano a ubicaciones en el futuro (o quizás el presente pues hay una que está fechada justo en este 2024 que estamos a punto de despedir).
La mayoría de ellas nos sitúa ante el enfrentamiento clásico de humanos contra depredador o depredadores, pero en alguna vamos a poder disfrutar de otro tipo de combates, como el de un predator que ver con un oso grizzly (ursus arctos horribilis u oso gris) en el Parque Nacional Denali, en el estado estadounidense de Alaska.
Xenogénesis, con guion del británico Ian Edginton, publicada a finales de los noventa, cumple con todos los tópicos de la época, desde un dibujo de Mel Rubi donde los músculos y las curvas cobran relevancia desmedida a un color de Dave Stewart que denota exceso, sobre todo en las armaduras. Por el contrario tenemos un bello inicio del tomo con lápices de Gene Colan que reciben el color directo, sin tintas, por parte de Gregory Wright, en un entorno ciertamente llamativo y diferencial en las diferentes publicaciones de Predator, el fondo del mar, con guion de Mark Schultz.
El desenlace mejor elaborado
Chris Warner enlazó tres series consecutivas en las que recuperó a personajes que habían sobrevivido a encuentros anteriores con Predators en otras publicaciones. Juntos iniciaron un cambio de rumbo para convertir a los yautjas en las presas, en lugar de ser la amenaza principal de la historia. Para cada uno de los tramos de la aventura encontramos a un ilustrador diferente. Francisco Ruiz Velasco, Agustín Padilla y Brian Thies se reparten los trece episodios de las tres partes, explorando ubicaciones tan dispares como un archipiélago tropical, Afganistán o Belice, en una obra de estética más adulta que deja ver claramente el salto que existió desde la adaptación de 2010 a Cazadores, publicada entre 2017 y 2020.
Nos queda poco espacio y aun hay muchos autores que citar por su participación en este volumen. Desde John Arcudi a David Lapham, cuando hablamos del procesador de textos, pasando por Kevin J, Anderson, Steve Seagle, Gordon Rennie, James Vance, Mark Andreyko y Paul Tobin. Con Scott Kolins, Duncan Rouleau, Colin MacNeil, Dean Ornston, Toby Cypress, Javier Saltares, Guilherme Balbi, Gabriel Guzmán y Allan Jefferson a los lápices. Alineaciones muy variadas y perfectamente seleccionadas para unas historias interesantes y entretenidas que nos ofrecen diferentes vertientes de la cultura de los Predators.