DUAM nos regala una historia fascinante llena de magia y humanidad: una combinación aparentemente imposible de belleza y brutalidad, armonía y conflicto, dicha y horror
“Félix Vega es uno de los más importantes y trascendentes artistas de la novela gráfica chilena y mundial. En DUAM nos regala una historia fascinante llena de magia y humanidad. Una combinación aparentemente imposible de belleza y brutalidad, armonía y conflicto, dicha y horror. Arte entendido no solo como experiencia plástica, sino como una narrativa contundente en que cada trazo, color y textura construyen la voz del relato y del mundo en que se sumerge. En esta obra no solo se refleja un momento cumbre de su talento técnico como autor, sino también de su madurez y riqueza creativa como contador de historias, como artista completo. Imperdible”.
Puede ser que, una vez leída la sinopsis quede claro la clase de obra vamos a leer, pero no estemos tan seguros…
Lo primero decir que esta obra se publicó por primera vez en Francia, allá por el 2010, y aunque llega tarde un poco tarde a nuestro idioma, lo hace por la puerta grande de la mano de Planeta, en una primorosa edición integral y ampliada con bocetos e ilustraciones que enriquecen el volumen.
Pero vamos al lío. Vega adora a su creación, ama a Duam ( inspirada en la cantautora mejicano- canadiense Llhasa de Sela y Ana Tijoux). Es rebelde, fuerte, valiente, decidida. Es una heroína en el sentido más clásico de la literatura. Una persona con sus defectos y virtudes llamada a enfrentarse a un destino caprichoso que nadie controla y que, a la larga, desemboca en tragedia.
Todo esto transcurre en un universo nuevo para el lector, alejado de Elfos y Enanos e inspirado en la mitología mapuche, de una forma para nada rigurosa ni encorchetada, sino con una libertad creativa que muestra y acentúa el respeto del autor por ella, manteniendo el espíritu de esta. Como él mismo dice, hay una diferencia esencial entre la magia chamanista y la europea. La primera utiliza la naturaleza buscando la armonía, la segunda, la europea, lo hace por la fuerza, dominándola.
Un soplo de aire fresco
Este punto de vista es esencial y da un tono diferente a la obra, aportando una brisa de aire fresco pero también reconocible, pues, al final, a todos nos mueve y acompañan los mismos deseos y sentimientos.
Otra de las grandes ideas de las que habla esta obra es la aceptación (o rechazo) de la muerte como parte de la vida. Desde el primer momento vemos a Duam negándose aceptar la muerte como algo definitivo. Tampoco es que se niegue a que esta exista Su rebeldía desencadena una serie de acontecimientos que acaban afectando a sus seres queridos y a ella misma, de una forma que no espera.
Pero todo esto aumenta de interés si le añadimos el dibujo. Vega reconoce ser lento y perfeccionista en su trabajo. Desde el momento de tener la idea hasta plasmarla en papel pasa por una sucesión de trámites que alargan el proceso pero que culminan en unas acuarelas que ensalzan el relato de una manera sublime. No lo ensombrecen ni lo ocultan, sino que lo potencia a un nivel superior. La gama de colores aumenta la percepción de lo que está ocurriendo, como una realidad aumentada, logrando un equilibrio entre la forma y el fondo pocas veces conseguido.
Conclusión
Estamos pues, ante un relato de aventuras profundo , relatado como si de un cuento se tratara, pero un cuento de los de siempre, de los de antaño, donde los finales felices tardaban en llegar y en el que los protagonistas siempre perdían algo de ellos mismos para ganar otras cosas y aprender que el camino a la madurez no es nada fácil.
Félix Vega sabe transmitir eso con aparente sencillez, algo mucho más difícil que la falsa complejidad.
En definitiva, totalmente recomendable y listo para servir aquellos que quieran dar un paso más allá de las colecciones mensuales.
Te recomendamos
