El Sexto revólver, el weird western de Cullen Bunn se acerca a su recta final y antes conoceremos la historia de amigos y enemigos en varios relatos auto conclusivos.
La historia de las seis armas que traen el apocalipsis continúa. Drake y los suyos se esconden buscando la solución para acabar con los revólveres en viejos libros, pero no están preparados para sus nuevos enemigos, que pueden convertir a sus aliados en amenazas. Pero antes de ellos hubo otros propietarios de los colt y su historia tras la desaparición de Hume y antes de su regreso gracias a su viuda nos deja claro que son herramientas corruptas y corruptoras que no puedes portar sin perder lo poco digno que posea tu alma.
La historia
En este volumen de El Sexto revólver, el grupo de Becky Montcrief posee cuatro de los seis revólveres. El sexto que permite ver el futuro trae una maldición con él y la joven se niega a usarlo, y podría ser su última esperanza. Drake comienza a sufrir los efectos de usar demasiadas de las malditas armas y sus aliados desconfían de ellos. Mientras la Bruja Gris ha creado un ejército y ha dejado que su hijo lo encabece para recuperar los Seis. Se acerca una batalla y uno de los aliados que nunca ha sido fiel a la causa parece dispuesto a cambiar de bando, y Griselda sabe las teclas que apretar para que ese cambio se acelere.
El mundo de Cullen Bunn y Brian Clevel está lleno de magia y misterios, uniendo las historias más antiguas y legendarias con el western. Y los mitos nórdicos no podían estar muy lejos. Los autores dedican un capítulo entero a relatar la transformación de Griselda una joven vikinga en la Bruja Gris, avatar serpentino de los antiguos dioses. La historia está dibujada por otro gran colaborador de Bunn, Tyler Crook, con quien desarrollaron la otra gran obra del escritor: Harrow County.
El capítulo deja claro que la sangre de Hume estaba maldita por la magia, y que su ardiente odio viene de lejos, de siglos en el pasado. Griselda se revela como una bruja poseedora de poderes primigenios mayores aún de los que se daba a entender (parecía más cerca del vudú que de dioses vikingos) produciendo una sorpresa y un aumento en el nivel de riesgo para los protagonistas.
En este cuarto volumen de El sexto revólver nos encontramos con un impasse en la guerra antes del siguiente arco narrativo
Es un pequeño interludio para contar la historia de los hombres que portaron los revólveres antes que nuestros protagonistas. Los hombres del General Hume, cuyas historias tras perder a su jefe los lleva a través del mundo real para descubrir que poseer las armas los ha cambiado, transformado, corrompido. Will Arcene, Bill el Sangriento, Ben Kinney el Sucio y Silas Sierra Amarga Hedgepeth descubren que han dejado de ser personas para convertirse en extensiones de sus poderes, en el caso de algunos de formas dolorosas y en el de otros solo como un paso en una misión.
No es la bala, sino la caída deja la serie en un momento crítico para embocar los pocos capítulos que restan ya de serie. La inclusión de la serie limitada añade color y aumenta el poderoso influjo de los revólveres. Un tomo que deja en ascuas al lector al transmitirle la sensación de indefensión y no cerrar la trama, dejándola en suspenso para añadir información que solo deja más claro que los enemigos de Becky y Dake son mucho más de lo que esperaban.
Conclusión
Cullen Bunn y Brian Clevel mantienen el nivel en El sexto revólver de este weird western, añadiendo cada vez más elementos que no son rellenos para estirar la trama, sino que amplían el mundo que han creado. A pesar de una posible primera impresión de que todo esto es para poder publicar más números, todo lo que se aporta está inteligentemente añadido y encaja como un mecanismo de relojero. Desconozco si estaba planeado de antemano, pero cada paso en la serie surgen nuevos misterios, secretos y elementos que enriquecen la obra y aumentan el interés en la misma.
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