Los hijos del crepúsculo representa la primera colaboración entre dos referentes del noveno arte: Gilbert Hernández (Palomar) y Darwyn Cooke (Batman: Ego)
Una esfera de luz blanca quiebra la paz de un pueblecito costero, provocando cegueras, parálisis, huracanes instantáneos y desapariciones colectivas. Fenómenos extraños que comienzan a ser investigados por un joven científico y por agentes de la ley. Pero el misterio escapa a los límites de la razón, adquiriendo un cariz dramático cuando una enigmática joven irrumpe en la aldea.
Los hijos del crepúsculo representa la primera colaboración entre dos referentes del noveno arte: Gilbert Hernández (Palomar) y Darwyn Cooke (Batman: Ego). En este proyecto tan especial, ambos historietistas combinan realismo mágico, misterio y suspense para dar forma a un inolvidable drama coral, íntegramente recopilado en el presente volumen.
Para quienes ya conozcan a los hermanos Hernández, ya sabrán de su querencia por las historias donde el misterio, la intriga y la magia irrumpen en lo cotidiano, y en esta obra no rompen esa regla de oro.
La obra está perfectamente dibujada por Darwyn Cooke, el cual realiza aquí uno de sus mejores trabajos hasta la fecha. Su trazo impoluto y colorista (no podemos olvidar la evocadora paleta de colores de Dave Stewart), junto a la capacidad para jugar con los claroscuros, dan lugar a una obra muy refrescante que sirve a su vez como despedida de este gran autor que nos dejó el pasado mes de mayo a sus 53 años por culpa de un agresivo cáncer.
Hay que recalcar también la capacidad del dibujante para transmitir un montón de cosas a través de una simple mirada de cualquiera de los personajes principales que aparecen por estas páginas; sin lugar a dudas, un recurso muy llamativo que encandilará a cualquier amante del noveno arte.
Es cierto que la trama en ocasiones avanza a trompicones, acarreando con la sensación de que se resuelve de cualquier manera, dejando un tanto confuso al lector. Esto no quita de que estemos ante una obra que se disfruta de principio a fin con la garantía del sello Vertigo, of course.
Si se juntan los elementos anteriormente mencionados creo que es señal inequívoca de que la inversión económica te va a merecer la pena sí, o sí.