Llegamos a la celebración del juicio a Daredevil por el homicidio de Leo Carraro, las partes están dispuestas para presentar batalla. Panini Comics nos hace atravesar las puertas de los juzgados para sentarnos junto al banquillo de los acusados.
Decía de forma recurrente John “Hannibal” Smith, el líder del Equipo A: “me encanta que los planes salgan bien”. El entonces mercenario al servicio de los más necesitados de justicia no daba puntada sin hilo y era un maestro a la hora de trazar cualquier artimaña. Igual Matt Murdock / Daredevil necesitaría unas clases intensivas para mejorar aquello en lo que anda más verde, que las cosas alguna vez le salgan según las ha planteado anteriormente. Sin duda una de las causas principales de sus fallos la tenemos en la gran cantidad de factores e intereses que intervienen en la mayoría de las situaciones. No hablamos de matones vulgares o un Coronel torpe del ejército estadounidense.
Y es que lidiar con superhéroes, villanos mafiosos, una pléyade de abogados y cualquier elemento aleatorio que pueda presentarse no es tema baladí a la hora de conseguir salirse con la suya. Aquí entra en juego todo eso y si nos apuramos también otras cuestiones personales, como que aparezca un doble de ti mismo a modo de cliffhanger en el episodio anterior y sea tu hermano delincuente Mike Murdock, al que Zdarsky recuperó en el reciente Annual que fue publicado en la entrega española número 14. Pero si nada termina por suceder como esperábamos, el recorrido al que aspirábamos tampoco tiene mucha razón de ser. Con otras cartas sobre la mesa igual es el momento de tomar decisiones diferentes.
Está claro que esta etapa de Daredevil no va a ser más de lo mismo, no lo ha sido en ningún momento. Camina con paso firme a ofrecernos situaciones nunca antes vistas sin perder de vista la esencia del personaje. Ha pasado por una bajada a los infiernos y una nueva reconstrucción, a encontrar la redención y aceptar la culpa. El orgullo de Murdock ha necesitado encontrar un nuevo molde, rodearse de apoyos imperfectos, como él mismo, de dosis de amistad incluso mal recibidas pero siempre bien intencionadas. Ayuda al fin y al cabo, la que necesitamos de los que tenemos cerca en esos momentos en los que levantarnos cuesta horrores.
Chip Zdarsky se ha convertido en el capitán de un barco que conoce perfectamente el rumbo, lo mantiene con firmeza, triangula su posición mirando al firmamento pero no declara la posición por radio, la guarda, la custodia para ir dejando una sorpresa tras otra, revelación tras revelación. Al filo de llegar a la entrega 25 USA nos mantiene con el alma en vilo, deseosos de poder leer la siguiente entrega, incluso con el que escribe estas líneas siguiendo la edición americana por puro hype. Gracias Chip por hacerme disfrutar como un Verdadero Creyente.
Para este episodio tenemos la colaboración de Mike Hawthorne, que ayudará a Marco Checchetto (el otro gran culpable, junto a los números que dibujó Jorge Fornés, de la gran etapa que vivimos en Daredevil) en futuras entregas sin sustituirle como dibujante habitual, a pesar de que su producción no permita al italiano permanecer mes a mes en el título con regularidad. Hawthorne cumple sobradamente en el cargo y nos deja algunas escenas muy destacables en las que refleja el ambiente que se respira en La Cocina del Infierno
Puede resultar muy difícil hacer una reseña mensual sobre una grapa de escasas 24 páginas, pero en Cinemascomics no hemos faltado un solo mes a este Daredevil desde que Zdarsky comenzó su andadura.
La sensación, desde luego, no ha sido de hastío, todo lo contrario, las palabras fluyen con facilidad a la hora de ensalzar esta etapa tan sobresaliente que recomendamos, encarecidamente, tenga un lugar destacado en tu colección. Si no pudiste hacerte con las primeras grapas ahora tienes la oportunidad de hacerte con el Marvel Premiere que recopila los primeros cinco números USA y así darle la oportunidad que merece.