De nuevo doble entrega USA en la edición española de Imperio que nos sigue dejando sin respiración. Panini Comics nos acerca al conflicto del año, con permiso de los mutantes de Hickman, en el que tenemos enfrentamientos brutales.
En Imperio, R’Klll, antigua emperatriz de los Skrulls, está viva. Los lectores que nos criamos entre las páginas de los comics de Marvel durante la década de los ochenta la vimos ascender al poder y morir en la colección de Los Cuatro Fantásticos, en un plazo exacto de cuatro años, los que van desde la publicación de Fantastic Four #209 (agosto de 1979) a Fantastic Four #257 (agosto de 1983). Se alzó con la posición más elevada del Imperio Skrull acabando con la vida de su esposo Dorrek VII, lo que en su momento fue celebrado, pues la locura casi justificaba su eliminación mediante un magnicidio. Se abría un nuevo mundo de posibilidades que no fue aprovechado por ningún autor de La Casa de las Ideas. Lo siguiente que vimos de ella, tras su breve intervención en la resolución de la saga de Fenix Oscura en X-Men #137, fue su muerte.
Galactus llegó hasta Tarnax IV, ubicación en aquel momento del Mundo-Trono Skrull, guiado por su entonces heraldo, Nova, anteriormente conocida como la humana Frankie Raye. En Fantastic Four #257 el Devorador de Mundos destruyó el planeta y ahora, 37 años después, resulta que R’Klll no falleció, logró escapar y se ha ocultado hasta ahora. Aunque todavía no conocemos toda su historia lo que sí está claro es que ha ocupado el lugar de Tanalth la Perseguidora, de los Kree, desde hace bastante tiempo. Esperemos que este retorno goce de un mayor recorrido pues resulta de lo más interesante su recuperación, más si cabe por ser abuela de Teddy Altman, Hulkling, también conocido por ser el actual Emperador Skrull, bajo la denominación Dorrek VIII.
Este tercer número de Imperio empieza a dar pasos agigantados hacia la resolución de la trama y continúa ofreciendo momentos impagables que aprovechan sobremanera la historia pasada de Los Vengadores y Los Cuatro Fantásticos. Las sorpresas se encuentran a la vuelta de cada página, con combates brutales, míticas combinaciones en el bando de los héroes y giros que nos muestran las mejores características de algunos de los protagonistas, con la entrada en escena de la media naranja de Hulkling, Billy Kaplan, también conocido como Wiccan. Y cuando el amor entra en escena, con tanta pureza, solo la verdad se convierte en un arma más poderosa.
La labor de Ewing, Slott y Schiti funciona como un mecanismo perfectamente engrasado, que combina un espíritu clásico con un comic concienciado con su tiempo, que cuenta con un arte actual y detallista, apoyado en un trazo limpio que juega poderosamente con las fuentes de luz que rodean el ambiente. El conjunto resultante nos está ofreciendo un comic muy disfrutable y repleto de múltiples facetas, algunas ciertamente brutales para personajes que no son desconocedores de lo que es sentir sufrimiento, tanto físico como mental.
La orquesta está afinada, los instrumentos se han repartido por el escenario, el público está entregado y la música alcanza su clímax para resolver el final de una sinfonía que ha ido “in crescendo”. Quoi y el Espadachín han lanzado su apuesta y la alianza Kree-Skrull ha preparado una respuesta contundente que puede terminar con la Tierra destruida. La cuenta atrás ya ha comenzado.