La nueva andadura de Shang-Chi acaba aquí, el futuro está en una nueva colección titulada Shang-Chi y los Diez Anillos. Panini Comics desentraña los misterios de la patria donde nació la madre de nuestro protagonista y claro está, su abuelo.
La familia desunida de Shang-Chi
Volvemos sobre el tema recurrente de los últimos tiempos sobre la influencia que ejerce el Universo Cinemático de Marvel sobre los comics de la editorial. Los Diez Anillos ya eran algo conocido dentro de las publicaciones periódicas pero su aparición en la película dedicada al Maestro del Kung-Fu ha obligado a adaptar esa iconografía dentro de la línea de comics y que mejor manera que hacerlo en la actual colección del personaje. Asimismo también tenemos la aparición de Ta-Lo, esa dimensión donde seres humanos dedicados a la práctica de las artes marciales conviven con una plétora de animales fantásticos.
Y es en ese entorno en el que no solo tenemos a Jiang Li, comandante y jinete de Qilin, una suerte cuernudo cuadrúpedo con la capacidad de volar, sino también al severo y recto abuelo de Shang-Chi, Xin. Un hombre que odia poderosamente a toda la progenie que su hija tuvo con Zheng Zu (en tiempos pretéritos más conocido como Fu Manchú) y no dudará en poner de su parte todos los medios a su alcance para extinguir esa línea de sangre que considera corrompida por el marido que su hija tomó. Así que si esto lo sumamos a hermanos solo de padre y a Zheng Shi-Hua, la hermana de Shang-Chi de padre y madre, tenemos un cacao familiar de padre y muy señor nuestro, ya quisieran muchos culebrones.
La Sociedad de las Cinco Armas
El liderazgo de Shang-Chi permanece intacto sobre la organización que levantase su padre. Las cinco ramas que lo componen, la Mano Letal (no confundir con los ninjas habituales), Bastón Letal, Daga Letal, Martillo Letal y Sable Letal, repartidas por todo el mundo y dirigidas cada una por un hijo o hija de Zheng Zu, han terminado demostrando a propios y extraños que su giro hacia una actividad protectora, alejada de las intenciones de su anterior gobernante, es una realidad, algo que había hecho dudar a los propios héroes del Universo Marvel.
La unión hace la fuerza a pesar de los pecados del pasado y en este tomo vemos como la responsabilidad por anteriores errores no excusa de cumplir con los nuevos preceptos, para una vez superadas las dificultades regresar al cumplimiento de la pena que había recaído sobre el Hermano Sable. Shang-Chi ha logrado no solo reunir a su familia, alguna incluso de la que no tenía constancia antes de comenzar esta etapa que ahora concluye, sino que ha conformado una fuerza de intervención que es muy capaz de responder a cualquier amenaza.
La mano que conforma el puño
Gene Luen Yang ha creado, tras doce números (dieciocho en total con la serie limitada que compartió numeración Legacy y que enfrentó a Shang-Chi con diversos héroes del Universo Marvel), la conjunción perfecta entre el pasado del personaje y todo lo que ha surgido de la iconografía y aportes varios que nos trajo la película de la que fue protagonista. Respetando al máximo la ambientación oriental propia de una colección de estos requisitos junto a su interacción con el mundo occidental, Yang consigue narrar una larga historia río que vuelve a dotar al Maestro del Kung-Fu de la relevancia que merece
Dike Ruan ha sido el principal compañero del guionista desde que a finales de 2020 comenzó esta andadura. En este tomo se ocupa de relatar la parte que nos habla de la historia detrás de Jiang Li y Xin, a modo de origen vía retrocontinuidad. Le sucede Marcus To, al que últimamente venimos disfrutando, y mucho, en la colección de Excalibur. Lo hace para dibujar el último arco de cuatro números que da título a este tomo de tapa blanda, dejando todo dispuesto para la continuación a la que hacíamos referencia al principio de la reseña, que estará a cargo del mismo equipo creativo de Yang y To. Diversión asegurada en estos tomos aunque pecando demasiado de no suscitar mucha sorpresa, más allá de ver un reflejo del cine dentro de los cómics.
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