Nos llega A Vicious Circle, la nueva obra del extraordinario ilustrador Lee Bermejo con una propuesta marcada por la ciencia ficción, los viajes en el tiempo y una carrera entre dos hombres con ideales distintos. Panini Comics presenta a gran formato la historia de un círculo vicioso.
La pescadilla que se muerde la cola
Si buscamos la definición del término que da título a este comic, A vicious circle, nos encontramos con la constatación de una estructura que se repite de forma constante y en la que está envuelta una o más personas. Hagan lo que hagan, tomen las decisiones que tomen, en función de los actos que se llevan a cabo, el/los individuos terminan llegando al mismo punto de partida, normalmente con resultados que no son positivos. Hablamos de relaciones, actitudes o comportamientos viciados, alejados de una solución real a un problema. Se sigue redundando en el error y solo queda empezar de nuevo o resultar destruido en el intento.
Quizás pensemos que esto sea más aplicable a relaciones de pareja tóxicas que terminan siempre mal, pero también se puede extrapolar a la rivalidad que encontramos entre Shawn y Ferris, los dos protagonistas de esta historia. Una aventura distópica en la que las apariencias pueden engañar.
Cada uno de ellos tiene encargada una misión diferente, mientras Ferris trata de poner en marcha una máquina de muerte y destrucción construida en el futuro, Shawn debe hacerse cargo de lo contrario ya que fue enviado desde su tiempo para destruirla. Con esta premisa y la peculiar circunstancia de saltar en el tiempo cada vez que uno de ellos asesina a una persona, tenemos los mimbres para contar una historia que solo habiendo leído la primera entrega de las tres que compondrán A Vicious Circle no queda aun clara del todo.
La familia que me dejaron formar
Cuando conocemos a Shawn Thacker, lo vemos como un padre de familia abnegado, amante de su mujer y adorado por su hijo. Pero esconde un secreto en el sótano de su casa, uno que le ha permitido forjarse una vida a costa de mantener preso a un hombre. Diez años manteniendo un engaño del que solo es conocedora su esposa.
Finalmente, ese sueño se esfuma y comienza una persecución a través de diferentes líneas temporales, pasando de la época en la que Estados Unidos empezaba a salir de la segregación entre blancos y negros, ya avanzado el Siglo XX, a futuros con policía robótica, la Guerra de Secesión entre Norte y Sur así como diversos saltos adelante y atrás que nos dejan breves escenas de otras épocas, que van desde reuniones del ejército continental durante la Guerra de Independencia de los EEUU a retratos de pornografía añejos, sin escenas no aptas para todos los públicos.
Bermejo aprovecha cada realidad para variar su forma de dibujar, desde el aspecto realista y ligeramente sucio, que le caracteriza habitualmente, hasta pasar por unas ilustraciones más cercanas al cómic convencional, con más colorido. Un bonito espectáculo para mayor lucimiento del artista, que sin excesivos textos conversacionales se apoya en los pensamientos de Shawn para ir desgranando un poco la trama. Labores ambas del guionista Mattson Tomlin, que logra mantenernos expectantes ante la vorágine acelerada en la que se mueven los personajes en una dinámica de rápidos saltos temporales.
Pronto, muy pronto.
Así es, me resulta difícil evaluar esta obra habiendo visto únicamente sus primeras 48 páginas. Hablar del dibujo resulta sencillo, Bermejo es un artista preciosista que no estamos descubriendo ahora, aunque últimamente le hayamos disfrutado por su faceta de portadista en DC Comics y editoriales independientes americanas.
Pero la narrativa no es solo encadenar bonitos dibujos, falta algo, no vivir la historia tan en el alero, encontrar alguna respuesta o explicación más allá de un planteamiento tan básico. Pero forma parte de esa tensión que se genera cuando afrontamos la obra, aunque nos deje con la miel en los labios, más perdidos que nuestros viajeros temporales, con un cliffhanger de manual al final que nos parte en dos. De dónde venimos y hacia dónde vamos, esa sería la frase ideal.
El tomo de A Vicious Circle, nos llega en formato tapa dura y gran formato, 24,5 cm por 31,5 cm, uno de esos volúmenes que afectan a nuestro TOC por no poder ubicarlo en nuestras estanterías como sería deseable para los amantes del orden, entre los que me incluyo.
Seguiremos atentamente la llegada de la próxima entrega, más por salir de la duda que por una atracción real hacia lo que sucede. El precio… igual no está al alcance de cualquiera en relación euros por número de páginas. Solo por Bermejo ya merece la pena pero, siempre hay un pero, no termina de convencernos que el resultado de esta obra vaya a ser satisfactorio o en su lugar nos encontraremos con un verdadero círculo vicioso que termine de forma tóxica.