Sin Cletus Cassidy alando Matanza regresa al universo Marvel antes del evento la Guerra de Veneno. Y llena su renacer con tintes mesiánicos.
El personaje de Matanza ha dado muchas vueltas durante su vida editorial. Ha sido protagonista de muchas series limitadas con enfoques variados. Muchas como villano de la historia y en otras como protagonista perseguido por los héroes. Con tintes de serial killer, introspección psicológica, explorando otros universos, regresando de entre los muertos, convirtiéndose en heraldo de un ser lovecraftiano, como embajador de un dios alienígena o siendo absoluto. Pero desde hace poco andaba perdido, sin anfitrión un simbionte debería morir. Pero para Matanza no existe la opción de morir.
El prólogo del renacer de Matanza
Hay que señalar que la primera historia del tomo no pertenece a la serie, sino que se trata del one shot Web of Carnage, donde se sitúa el final del simbionte y se señala su futuro regreso, ejerciendo de prólogo de esta colección. Y de paso también recupera a un desastrado Morlun cuyas últimas apariciones no fueron excesivamente brillantes.
Una nueva etapa para Matanza
La nueva serie que a España llegará en dos tomos recoge las aventuras del simbionte que formaba con Cletus Cassidy la dupla conocida como Matanza. Está vez el alienígena regresa solo y sin su anfitrión, pero en lugar de buscar uno, lo crea. Una nueva vuelta de hoja para la mitología del personaje. Matanza vuelve a estar completo con un cuerpo anfitrión “hijo” de la genética de Cassidy, pero sin sus debilidades. Este giro produce una iluminación en Matanza, un descubrimiento que une su existencia con los mitos religiosos humanos. Las grandes religiones hablan de dioses encarnados, de elegidos que vuelven de la muerte o de dioses mismos que se sacrifican para resucitar ¿Es entonces Matanza un dios?
Filosofía y religión en el corazón de Matanza
Torunn Gronbekk tiene experiencia con las casi deidades marvelitas, ha escrito sobre asgardianos, y con los simbiontes, también ha contado aventuras de Veneno el primero de ellos, pero Matanza es algo muy diferente. De hecho, el enfoque de creador/mesías/dios que plantea es cuidadosamente discutido por el personaje. Casi como si de un debate para descubrir filosóficamente su sentido de la vida se tratara busca a Cleetus para definirse y reflexionar sobre lo que es una religión o que hace un credo ¿Seguidores, un libro sagrado, unas reglas, un lugar de rezo, una imagen que adorar?
Flash Thompson como contrapeso
La guionista no se pierde en la introspección y busca a un antagonista para el villano, en esta ocasión el casi siempre en el pozo Flash Thompson el ex agente Veneno, Antiveneno ahora. Que entre su desastre de vida y sus muchos problemas de autoestima hace de contrapeso al ego desmedido del asesino que se está convirtiendo en deidad.
Un cómic filosófico pero entretenido
Es un cómic que a pesar de las varias disquisiciones teológicas no resulta aburrido y que con el contrapunto de la vida totalmente mundana de Thompson gana fuerza en la imagen de Matanza como un trastornado psicópata asesino en masa que cree que ha trascendido. Puede que el ritmo sea un poco irregular dado que plantear cuestiones complejas tiende a hacer densa la lectura, pero su interés evita la desconexión con la trama.
El arte de Pere Pérez
Al arte tenemos al español Pere Pérez, ahora afianzado en Marvel tras su crecimiento en Valiant. Con su estilo dinámico y su acción física medida y calculada, es perfecto para series arácnidas, ya que su conocimiento de artes marciales le otorga un conocimiento sobre flexibilidad y movimiento que no todos poseen.
Matanza ha vuelto, justo para el siguiente evento simbionte: la Guerra de Veneno, y estamos seguros que dará que hablar.