El cómic noir rural de Seely y Norton no pierde fuelle y sigue añadiendo misterios y cadáveres a su lista. Y a la familia Cypress le toca resolverlo.
El Día del Renacimiento empieza a ser algo más que un fenómeno inexplicable, es un problema que genera más problemas, y la mayoría aún no tienen solución. Mientras, en el exterior quieren lo que la población de Rothschild han ganado, algo parecido a la inmortalidad, aunque sea comprada pedazo a pedazo.
Todavía nadie tiene explicaciones, en realidad no tienen ni pistas. Y el exterior empieza a llamar a los muros del pueblo, el pueblo americano quiere saber y no hay nada que un buen político no pueda usar para ganar publico . El Sheriff Cypress no sabe que hacer, pero tiene que proteger a su familia y a su pueblo. Sus hijas por otro lado tienen otros problemas, una tiene una vida complicada y muchos misterios que resolver, y la otra es un misterio que empieza a perder el sentido de la realidad, ¿o no? Los “retornados” vuelve a la vida y tienen asuntos que resolver, y un nuevo problema, ahora son piezas de repuesto. Porque el que tiene dinero quiere disfrutarlo y los órganos inmortales tienen que ser la leche para eso. Un nuevo problema en Rothschild que se suma a las extrañas criaturas del bosque.
Tim Seeley sigue demostrando su gran capacidad para contar historias, no solo la principal, sino la de todo un mundo donde se mueven sus personajes. Es el punto más potente de ‘Revival’, la capacidad el escritor para crear personas reales con historias reales, a pesar de los acontecimientos totalmente irracionales. Y en eso se basan las buenas historias negras y de crímenes, en que nadie es lo que parece, a veces para bueno, a veces para malo. Y si la familia es uno de los temas principales de los personajes principales, los Cypress, en este tomo asistimos a la resolución de un padre por vengarse, y de una familia por sobrevivir. Más visiones de la familia, quizás tristes en algún caso, pero reales.
Una historia “criminal rural” llena de misterios que no se resuelven pero si de pequeñas historias a las que el lector asiste con deleite. Una historia que avanza a base de historias, un complejo relato que poco a poco se va llenado de más pistas, de más información, pero aún no se ve el dibujo de ese puzzle sin caja que Seeley nos entregó en los primeros números. Lo que si podemos empezar a vislumbrar es como los personajes se definen en sus convicciones, aunque alguna sea tan extraña como para creerse una especie de “ángel de la muerte”. “Quién soy yo, quién es él” es muy importante en ‘Revival’.
Y si Seeley no baja el pie del acelerador tampoco lo hace Mike Norton. Vuelve a mostrarnos parajes abandonados y una ciudad encerrada en si misma, una localidad del medio oeste americano que si no estuviera en cuarentena por el gobierno no destacaría en nada de otra. Unos personajes definidos con unos rasgos de carácter que se ven en sus gestos y sus portes. Norton aprovecha todos los elementos que tiene y cuenta la historia con un ritmo lento, como el invierno que sufre Rothchild, y que explota y acelera cuando sus habitantes acaban estallando y mostrando quienes son. El americano tiene trazos que recuerdan mucho a Phil Hester, pero se acerca más a la narrativa de autores clásicos. En ningún momento deja de ser el mismo y demuestra que es un narrador solido y que cuida mucho los detalles.Nota aparte merecen las fantásticas portadas de Jenny Frison. Aleta ha decidido, muy acertada mente, añadirlas para separar los capítulos. Atractivas, sexys y a la vez bastante perturbadoras.
Se confirman las buenas impresiones que dejó el primer tomo de la serie de Image. Y si el primer tomo de ‘Revival’ nos dejaba con mas preguntas que respuestas, el segundo añade aún más cuestiones sin solución. Pero la relación entre ellas empieza a aparecer y las pistas tienen “algo” de sentido. Pero mientras la foto general aún esta borrosa, los detalles de la misma nos atraen como polillas a la luz, esas historias dentro de la historia, pequeñas joyas dentro de un mosaico a medio completar.