El rodaje del final de ‘Logan’ se grabó de un modo distinto al resto de la película, con un Hugh Jackman entregado en la producción. Lo contamos a continuación
El emotivo final de ‘Logan’ fue uno de los mejores momentos que hemos vivido con Hugh Jackman como Lobezno (Wolverine). Una despedida a la altura del personaje y del actor australiano. El final de ‘Logan‘ tenía una explicación que ya escribimos en nuestra página web. Pero, también, tiene una carga de emotividad y una expresividad cinematográficas sin precedentes en el género de superhéroes. Al menos en cuanto a lo que se refiere a cine.
Por ese motivo, no es de extrañar que ya tengamos información acerca de ese final de ‘Logan‘. Y de cómo se rodó. Un reportaje de The Hollywood Reporter ha revelado cómo se grabó esa escena. Ese magnífico final de ‘Logan‘ que hizo romper a llorar a todos los amantes del Lobezno (Wolverine) de Hugh Jackman.
El final de ‘Logan’ se rodó de un modo distinto al resto de la película
El realizador John Mathieson ha explicado el rodaje del final de ‘Logan‘. Mientras que James Mangold, el director de la película, prefería rodar solamente con una cámara, la muerte de Lobezno (Wolverine) se cogió con varias cámaras a mismo tiempo. El motivo era el de reflejar las emociones tanto de Hugh Jackman como de Dafne Keen (Laura Kinney/X-23). Así lo explica:
«Era muy importante lograr la mirada de ambas. La emoción se veía venir. No sólo grababas a Hugh Jackman y decías: Eso estuvo genial. Ahora vamos con Dafne. Ambos lo estaban dando todo. Jim [James Mangold] es un director de una sola cámara. Pero no lo dudé en ningún instante. Estoy seguro de que no le gustó, pero creo que al final estuvo de acuerdo. Lo mejor era asegurarse de lograr [la emotividad] con dos cámaras«.
«Hugh Jackman tuvo la paciencia de un santo. Estuvo genial», asegura Mathieson
Por otro lado, Mathieson también tuvo palabras para Hugh Jackman. Y para ese formidable trabajo interpretativo que llevó a cabo el actor australiano. Esta es la explicación del ayudante de realización de James Mangold:
«Hugh Jackman tuvo la paciencia de un santo. Estuvo genial y nunca se quejó de nada. Repetía las escenas una y otra vez. Pero ese final fue complicado para él. Tenían que sincronizarse [ambos actores]. Es un momento real. Una verdadera emoción. Estuvieron geniales«.