Rondador Nocturno, el más carismático de los mutantes vive su propia aventura en solitario. ¡Con piratas, barcos voladores y princesas!
De la mano de uno de los creadores de la encarnación más popular de los X Men, Dave Cockrum, llega a España la serie limitada de Kurt Wagner, Rondador Nocturno. Una aventura de fantasía y humor que transcurre en varios mundos, de salto en salto, como siempre hace este artista de circo convertido a superhéroe y con gusto por el cine de capa y espada.
Corrían los 80 y los mutantes estaban en lo más alto, Chris Claremont y Cockrum levantaron el título y lo transformaron en una obra de calidad y adictiva, y la llegada de John Byrne elevó aún más todo el conjunto. Un puñado de marginados habían conquistado el mundo de los superhéroes americanos. Y entre esos nuevos personajes resaltaba uno, por su aspecto inhumano, y su buen humor: Kurt Wagner, Rondador Nocturno.
El personaje nacía de la imaginación de Dave Cockrum y su estancia en DC con la Legión de Superhéroes, allí preparó varios diseños para usar en el futuro, y que fueron descartados por otros, pero no por su autor, que seguía teniendo a ese demonio sonriente entre sus proyectos favoritos. Y así cuando Chris Claremont planteó la nueva Patrulla X, Cockrum consiguió que su chico entrara en la alineación, y se convirtiera en uno de los más populares. Artista de circo, criado por gitanos, católico y con el aspecto de un demonio, Kurt tenía una gran cantidad de papeletas para volverse un personaje oscuro y depresivo. Pero en las cabezas de sus creadores eso no entraba en los planes, sería alegre, divertido, un personaje positivo que siempre busca lo bueno de todas las situaciones. Así nuestro chico se convirtió en la imagen del amigo leal que siempre te arranca una sonrisa.
Pero si sus aventuras con la Patrulla X eran bien conocidas, en el plano individual no disfrutaba de muchas. Y eso cambió cuando Cockrum ideó una trama basándose en una de las historias más recordadas de la Patrulla X y en una aventura corta publicada en Aventuras Bizarras sobre viajes dimensionales. Así nacía la primera serie en solitario de Rondador Nocturno.
La trama es sencilla, Kurt se pierde en otra dimensión accidentalmente, y tiene que volver a casa. SI eso ya era algo difícil sin saber dónde estaba, enrolarse en un barco pirata que vuela, secuestrar y rescatar a una princesa, pelear con un mago malvado y salvar un reino, se van a añadiendo a la lista de deberes, convirtiendo un lío en una epopeya. Pero para nuestro saltarín amigo es una oportunidad de cumplir muchos sueños, ser pirata, rescatar princesas y protagonizar una historia de fantasía épica, vamos, que más que sufrir penurias se encuentra en su salsa y disfrutando como un niño.
Cockrum no había escrito demasiado y se nota un poco en el ritmo y en las elipsis, a veces el primero decae muy rápido en situaciones emocionantes, y en el segundo caso las reparte un poco caóticamente de forma que cortan un poco el relato. Pero siendo una aventura para disfrutar de forma poco intelectual, la verdad es que se quedan en detalles que aceptas para continuar. El dibujo es puro Cockrum, con sus formas curvas en los diseños, con sus muchas lineas cinéticas y su impacto en las escenas de acción, dinámico e inteligente en sus composiciones. Deja una sonrisa en la boca y no busca más.
Estamos ante una serie que surgió ante la petición popular de más Rondador Nocturno, y está muy anclada en su época, los mutantes han sufrido tantos cambios que es difícil que una obra de la franquicia sea atemporal. En el caso de Kurt Wagner, su cambio a Excalibur, su muerte y resurrección han sido grandes giros, pero su carácter sigue siendo el mismo, el del elfo animado y positivo que nunca deja abandonado a sus amigos y siempre tiene una sonrisa frente al peligro.