El desierto es el peor lugar para quedarse sin gasolina, hay serpientes, alimañas, demonios, sacrificios rituales. Acompañad a Phil y Riot, en su nueva aventura, ‘Sicarios. Colgados en el desierto’ y a partir de ahora llevaréis siempre una lata extra de gasolina en el maletero.
Nuestros protagonistas se alejan de una mala situación, las cosas no salieron como estaba previsto y no han podido prepararse para una salida rápida, no llenaron el depósito. Una gasolinera abandonada, olores extraños, un rastro de sangre y pocas balas en la recamara para defenderse de una plaga de demonios. Sangre y acción para los Sicarios, que esta vez se meten en la boca del lobo de forma totalmente inocente. Porque a veces para acabar en un gran lío, sólo hay que meterse en la cueva equivocada.
Sicarios nacía como webcómic, y finalmente los autores decidieron autopublicar su obra. Roberto Corroto y Ertito Montana llegan al segundo número de esta mezcla de western, cine negro y fantasía oscura en formato road movie, que recorre las carreteras de un Texas que se parece mucho al nuestro, pero no es totalmente igual. Los padres de la criatura se olvidan de lo que no debería aparecer y meten todo lo que les gusta. Magia, demonios con mucho parecido a los seres alienígenas de H. P. Lovecraft, armas, un Cadillac Eldorado, y sobre todo mucha acción. Phil Anselmo y Riot Girl (desconozco su relación con el vocalista de Pantera del primero, o de si son fans del movimiento musical feminista) son dos sicarios muy especiales, sólo aceptan encargos en lo que el objetivo merece morir, no da tanto dinero como parece, pero sí que hace que tengan que salir corriendo. En eso se encuentran nuestros extraños y “éticos” asesinos cuando comienza ‘Colgados en el desierto’.
Corroto construye un vehículo para que las fantasías del lector la pueblen, donde hay demonios puede haber muchas cosas, y eso deja abierto el camino a muchos temas. Pero ‘Colgados en el desierto’ trata sobre todo de supervivencia, de demonios y de amistad, porque en el peor momento que puede plantearse, tus amigos estarán ahí para salvarte la vida aunque tú grites que te dejen para que no mueran intentando que conserves tu pellejo. Si la historia del primer ejemplar tenía un encargo para estos asesinos a sueldo, en este segundo todo es un encuentro casual con lo horrible, con lo cósmico, con el miedo a ser nada más que carne para dioses extraños e inhumanos. Y se resuelve por medio de la única forma que los protagonistas conocen, por medio de la acción, Phil y Riot son asesinos entrenados, saben pelear, saben disparar, y saben magia, y utilizaran todo lo que está en su mano para salir de esta peliaguda situación, puede que sea lovecraftiana como otra obra reciente, ‘Providence’, pero no tiene ningún tipo de acercamiento en el tratamiento, de la elegancia de uno pasamos a la más ruda forma de solucionar los problemas de los héroes de Corroto y Montana.
El arte de Montana es original, sus composiciones de página son abrumadoras, a veces con tantas viñetas que puede parecer que el caos reina en la página, pero no es así. Utiliza muchas viñetas porque enseña muchos elementos, gusta de mostrar los detalles, y de que la acción sea continua, sin grandes elipsis. Con un estilo que responde más a un story cinematográfico en algunos momentos, el autor ya ha afirmado que no compone paginas si no que dibuja lo que en su cabeza es una película, que a un cómic, Ertito Montana cumple en contar la historia, pero quizás se eche un poco de menos la narración de un cómic, con el uso del espacio entre viñetas. De trazo sucio, que no quiere decir que sea descuidado sino grueso y salvaje, dota de un estilo áspero al cómic, que de por sí ya es áspero como tragar arena.
‘Sicarios’ cumple con su cometido de ser un gran divertimento, de ser una fantasía que reúne muchos géneros sin perderse en ninguno ni subvertir sus códigos propios. Por algo el afamado autor inglés David Lloyd eligió su serie para publicarla en Aces Weekly, porque la lees de un tirón, porque hasta que o la acabas no paras, y porque no intenta ser nada más allá de lo que es, una historia de acción. Esperaremos con ganas para ver hacia donde se encamina Sicarios, que en su primer número olía a cine negro en el gran y profundo sur, y que apesta a sacrificios humanos y magia oscura en el segundo.