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Reseña MARVEL Spiderman 2099 La Colección Completa Volumen 2. Un martillo que los reúna a todos

spider-man 2099

Cumplido más de un año desde el lanzamiento de las primeras cuatro cabeceras del Universo 2099 todavía no se habían cruzado unas con otras en forma de los manidos crossovers… y ya comenzaba 1994. Panini Comics intenta levantar el martillo de Thor para ver si es digna de Ravage, Punisher, los X-Men, Spider-Man y… el Doctor Muerte.

Spiderman 2099: Pale Blue Dot

“Ese punto azul pálido”… así definió Carl Sagan al Planeta Tierra cuando vio la última imagen tomada por la sonda Voyager 1, tras una petición iniciada por él mismo, justo antes de apagar sus cámaras para ahorrar energía para continuar con su viaje. Voyager 1 se encontraba entonces a seis mil millones de kilómetros de nuestro pequeño planeta en la inmensidad del Universo, apenas una mota que nos daba una idea de lo insignificantes que somos.

Era una forma de concienciar a la humanidad de nuestra fragilidad, si perdemos este lugar paradisiaco no tendremos otro donde habitar en el corto plazo. Ese gesto inició una campaña brutal a favor del Medio Ambiente y el necesario cuidado que debemos tener por nuestro planeta Tierra. Esa corriente es mantenida en todas las series que engloban el Universo 2099, la preocupación en el futuro por la elevada tasa de contaminación.

Encontrarse con una empresa global como Alchemax en el lado de los malvados ya da una idea de a qué se enfrentaba nuestro Spider-Man 2099 y por añadido el resto de personajes de aquel futuro distópico que nos mostraba lo que le esperaba al Universo Marvel. Aquí no vamos a romper una lanza a favor del reciclaje, cada uno que haga lo que crea conveniente.

Esto no es un ensayo sobre el cambio climático ni nada parecido, aunque lo escriba alguien que se dedica al Medio Ambiente en otra de sus actividades. Pero constatar ciertos hechos probados nunca está de más, como las enormes islas de plásticos que se concentran en nuestros océanos. Por eso está en nuestra mano reducir nuestra huella contaminante, sobre todo con determinados productos cuya desintegración se prorroga durante una cantidad de años inadmisible.

spider-man-2099 #25

Nosotros acabamos de llegar

Spider-man, Ravage, Punisher y Doctor Muerte iniciaron el panorama 2099 pero el primer grupo en llegar fueron los mutantes, los X-Men. No lo hicieron junto a los demás, tardaron un año. Y al poco de iniciar su andadura se vieron metidos en un crossover junto a los demás pesos pesados de la línea editorial 2099, La caída del martillo”, un intento de Alchemax por meter a Thor y su mitología en la saga del futuro, con funestos resultados. Un gran trampantojo que servía para seguir avanzando que esta empresa, más Stark Fujikawa, son un conglomerado preocupado solamente por monetizar de cualquier forma iniciativas de lo más descabelladas, aunque incluyan una ciudad flotante para multimillonarios llamada Valhalla.

Una vez superada la crisis que ha unido a todos los héroes 2099 llega el momento de trabajar sobre otros temas y tramas de bastante interés, el primero de ellos el efecto de las inteligencias artificiales y sus riesgos. Lo vamos a vivir en las propias carnes de Miguel O’Hara, con la rebelión de Lyla, su asistente personal integrada en el hogar, pero también junto a Gabriel, hermano de nuestro Spider-Man 2099, y su participación muy activa en los mundos de realidad vistual. Pero una aventura que comienza hablando de alta tecnología va a terminar por abrazar el concepto de la familia, aunque sea una tan disfuncional como la de los O’Hara.

El dúo mejor engrasado

Finalmente nos damos cuenta de la complejidad de los argumentos que manejamos en este tomo de Spider-man 2099. Si el primero ya sentó las bases de lo que estaba por venir, en este segundo volumen apreciamos con claridad la evolución de los personajes. Puede que Miguel O’Hara no sea el tipo más simpático del mundo pero lo que está claro es que consigue hacernos empatizar con los problemas inherentes de su sociedad. Allí donde apenas hay solo ricos o pobres, con una clase media mediocre, apreciamos la lucha por sobrevivir de la mayoría, mientras unos pocos despilfarran recursos sin mirar en las consecuencias.

Todo ello se lo debemos al guionista y al dibujante que tan bien supieron llevar a cabo esta etapa de un trepamuros tan peculiar, Peter David y Rick Leonardi. David sabe cómo tratar ciertos temas espinosos, aquellos que tocan a las clases gobernantes abstraídas de la realidad. Leonardi utiliza su trazo dinámico para dar vida a un entorno de hormigón y acero donde lo más importante no es la altura de los edificios o lo veloces que puedan ser los vehículos aeropropulsados, los personajes siempre obtienen el primer plano, están por encima de todo, como debe suceder con las personas en la vida real… aunque no siempre lo deseable tome el protagonismo como debiera.

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