La nueva película de Robert Eggers, The Northman, se estrena en varios mercados internacionales y es una ruina taquillera absoluta.
Las primeras críticas aseguraban un éxito rotundo. Los tráileres adelantaban una especie de blockbuster vikingo con carácter de película independiente y un apartado visual portentoso. La presencia de Robert Eggers en la dirección, el hombre tras La Bruja y El Faro, hacía que The Northman tuviera un aura especial. El reparto, liderado por Alexander Skarsgard, Anya Taylor-Joy, Nicole Kidman, Willem Dafoe y Ethan Hawke presagiaban un éxito entre el público. Y, a pesar de todo esto, nada ha salvado el estreno de Regency Television y Focus Features de ser un fracaso estrepitoso en taquilla.
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La ruina es absoluta. The Northman se ha estrenado en quince mercados internacionales, ¡quince mercados!, y apenas ha recaudado 3.4 millones de dólares. Las cifras de Discussing Film están respaldadas por Box Office Mojo. Los datos no engañan. La nueva película de Robert Eggers tiene un panorama desolador por delante. El mercado mundial no ha respondido. The Northman se juega absoluta todo lo que tiene en Estados Unidos. Y se está jugando mucho más de lo que creéis…
El filme costado mucho más dinero de lo esperado: ¡90 millones!
Para colmo, la producción de The Northman se ha ido hasta los 90 millones de dólares. Esta inversión es mucho mayor que la que se hizo para La Bruja (4 millones de dólares) y El Faro (11 millones de dólares). La nueva película de Robert Eggers era un salto de calidad en muchos sentidos… pero también un riesgo. Quizás, el mercado vikingo no llama tanto la atención como lo hizo en su día con la serie de Vikings. Quizás ha llegado demasiado tarde, tras el boom de esta civilización antigua en la cultura pop.
O, quizás, nos estamos jugando mucho más de lo que creemos con todo esto. El fracaso de The Northman se une pocos meses después al de Ridley Scott con El último duelo. En ambos casos, estamos delante de películas de época, con grandes actores, magníficos directores y apartados visuales soberbios. Lo tienen absolutamente todo para llamar la atención. Y, sin embargo, no lo hacen. Por lo que sea, el público ya no demanda eso de las superproducciones. Los blockbusters ahora tienen que tener otra serie de elementos. Son modas cinematográficas y esta es la realidad en la que estamos.