¿Qué explicación del final de Tokyo Revengers ha dejado la historia? ¿Cómo concluye esta maravillosa aventura que ha sido un éxito de masas?
Toca dar una explicación del final de Tokyo Revengers. El manga lleva ya más de cinco años en activo, pero ha llegado el momento de decirle adiós. Tal y como prometió su creador, Takemichi ha puesto hoy fin a su viaje con la publicación de la última actualización del manga. Los fans tienen curiosidad por saber cómo termina la serie. Y eso es doblemente importante ahora, dado lo controvertido que fue su penúltimo capítulo.
El capítulo 277 activó las alarmas entre los lectores cuando se estrenó la semana pasada. Y es que se produjo un cambio importante entre Takemichi y Mikey. Durante la última saga, los lectores vieron cómo Takemichi fue asesinado durante una guerra de bandas y Mikey tuvo que rezar por el regreso de su amigo en Tokyo Revengers. Ese episodio adelantó que ambos se reunirían. Takemichi y Mikey fueron devueltos al pasado y los dos se dieron cuenta de que recordaban sus futuros. Prometieron evitar las desgracias que les aguardaban.
¡La polémica con el final de la historia!
Con muchos de sus amigos ahora vivos, Takemichi y Mikey deciden formar una banda juntos. Tokyo Revengers avanza varios años y los dos chicos salvan a todo el mundo, desde Izana hasta Koko, e incluso a toda la familia Shiba. La perfecta definición de deus ex machina, ya que ambos personajes evitan todos los escollos que experimentaron en sus futuros anteriores. Y cuando llega el capítulo 278, todos tienen un final feliz.
Al fin y al cabo, Takemichi se casa con su enamorada Hina. El capítulo final de Tokyo Revengers tiene lugar once años después de que el chico disolviera su banda con Mikey. A toda la banda le va bien. Mikey se ha convertido en un corredor profesional mientras Draken trabaja como su mecánico.
Sin muertes que empañen el universo de Tokyo Revengers, Takemichi y Mikey han construido el futuro de sus sueños. Sin embargo, los lectores no están del todo contentos con este final feliz. Puede que sea bonito, pero solo se ha producido gracias a un injustificado giro argumental. El giro de última hora no ha gustado. Para muchos, la elección de enviar a nuestras estrellas al pasado apesta a escritura perezosa.
