La película Alien: Romulus es uno de los grandes éxitos del verano, pero hay un detalle que copia de Alien vs Predator que no debería ser canon de la saga.
La nueva entrega de la franquicia más famosa de terror y ciencia ficción, Alien: Romulus, está gustando bastante por su intento de honrar el legado de la saga, aunque repite un error fundamental que comenzó hace dos décadas con Alien vs Predator (2004).
Desde su debut en 1979, la saga Alien ha sido célebre por su atmósfera tensa y su meticulosa construcción del horror, en gran parte gracias al inquietante proceso de incubación de los xenomorfos. El facehugger, una criatura parasitaria que pone un embrión en su huésped, ha sido fundamental en la creación de una de las criaturas más aterradoras del cine. Sin embargo, en los últimos años, la franquicia ha reducido drásticamente el tiempo necesario para que el alienígena emerja, restando efectividad a su impacto aterrador.
Cada vez es más rápido.
En Alien: Romulus, el proceso de incubación se realiza a una velocidad alarmante. La película muestra cómo el facehugger se adhiere a Navarro (Aileen Wu) y, en cuestión de minutos, el alienígena está listo para nacer. Esta aceleración del ciclo, aunque quizás comprensible dada la familiaridad del público con el proceso, elimina la sensación de creciente horror que caracterizaba a la primera película. En contraste, la entrega original de Ridley Scott dedicaba varias horas para mostrar el desarrollo del embrión, contribuyendo a un crescendo de terror que hacía cada momento aún más angustiante.
El problema del ciclo de vida acelerado no es nuevo. Se originó en 2004 con Alien vs Predator, donde la rápida conversión de los personajes en xenomorfos se convirtió en una característica repetida en Alien vs. Predator: Requiem (2007) y Alien: Covenant (2017). Esta tendencia de apresurar la aparición de los aliens no solo disminuye el suspense, sino que también aleja a la franquicia de su base de realidad científica, una de las razones por las que el monstruo resultaba tan espeluznante.
En la película original y sus secuelas directas, el proceso del facehugger era un tema de ansiedad prolongada, donde los personajes luchaban contra una muerte inevitable en un tiempo realista. Este enfoque no solo amplificaba el horror, sino que también anclaba al xenomorfo en un contexto biológico reconocible. La rapidez con la que los nuevos filmes presentan el ciclo, como se ve en Alien: Romulus, elimina esa conexión y reduce el impacto emocional del encuentro.
Sin embargo, no todo está perdido para la saga.
El próximo proyecto de Noah Hawley para FX podría ofrecer una oportunidad para restablecer el enfoque tradicional. Hawley ha expresado su descontento con algunos de los cambios recientes en la franquicia y ha prometido regresar a una visión más fiel a los elementos que hicieron de Alien una obra maestra del terror. Si Hawley toma en cuenta la lenta y escalofriante evolución del facehugger, podría restaurar la tensión y el horror que han faltado en las entregas más recientes.
Alien: Romulus sigue en cines y ya ha recaudado más de 121 millones de dólares. Mientras que las otras entregas de la saga se pueden ver en Disney Plus con este enlace.
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