Hay veces que te encuentras con una película de fantasía tan espectacular que parece que estás viendo un videojuego estilo Elden Ring. Ahora te dejo una gran recomendación.
Héroe en dos mundos (A Writer’s Odyssey), dirigida por Lu Yang, es una película de fantasía de 2021 que fusiona elementos de thriller, acción, ciencia ficción y drama, creando una experiencia visualmente espectacular y narrativamente compleja. La historia, basada en la novela God Slayer de Shuang Xuetao, se centra en la intersección entre el mundo real y uno ficticio, planteando preguntas sobre la relación entre la imaginación y la realidad, y cómo ambas pueden influenciarse mutuamente.
Atención SPOILERS. La trama sigue a Guan Ning, un hombre desesperado que ha pasado seis años buscando a su hija desaparecida. Cuando es contactado por una misteriosa corporación, le ofrecen la oportunidad de encontrarla, pero a cambio, debe asesinar a un joven escritor, Lu Kongwen. Este autor escribe una novela épica de fantasía sobre un mundo oscuro y caótico dominado por una entidad maligna llamada Lord Redmane. Lo intrigante es que lo que ocurre en la novela parece tener repercusiones directas en el mundo real, afectando especialmente al jefe de la corporación, un magnate tecnológico que teme por su vida.
La trama se va complicando poco a poco.
En esta película de fantasía, podemos comprobar cómo a medida que Guan Ning se adentra en la misión, descubre que el vínculo entre la novela de Kongwen y la realidad es mucho más profundo y peligroso de lo que inicialmente creía. La narrativa de la película se mueve entre dos mundos: el real, donde Guan Ning lucha con su moralidad y desesperación, y el ficticio, donde el joven héroe de la novela, enfrentándose a Lord Redmane, busca liberar su mundo de la tiranía con la ayuda de una armadura orgánica mágica.
Uno de los aspectos más destacados de la película es su impresionante despliegue visual. Lu Yang, conocido por su habilidad para manejar producciones de gran escala con efectos especiales, lleva a la pantalla un espectáculo visual que rivaliza con grandes producciones de Hollywood. Con un equipo de más de 800 personas y dos años de postproducción, los efectos visuales logran una inmersión total en el mundo fantástico, donde criaturas imponentes y batallas épicas se despliegan con un nivel de detalle que asombra. Parece que estás viviendo un videojuego.
Sin embargo, no es solo un derroche de efectos especiales.
También aborda temas profundos como la desesperación, la moralidad y el poder de la narración. El personaje de Guan Ning está atormentado por la pérdida de su hija y su deseo de venganza, lo que lo coloca en una encrucijada moral cuando se da cuenta de que matar al escritor podría tener consecuencias devastadoras en ambos mundos. La actuación de Guan Ning, interpretado por Lei Jiayin, destaca por su intensidad emocional, dando al personaje una profundidad que ancla la narrativa fantástica en una realidad emotiva y reconocible.
La estructura narrativa de esta película de fantasía es un desafío en sí misma, ya que alterna constantemente entre el mundo real y el ficticio. Las transiciones entre estos dos planos se manejan con inteligencia, utilizando cambios en el aspecto visual, como la expansión y contracción de las bandas negras en la pantalla, para señalar el cambio de realidad. Esta técnica ayuda al espectador a seguir la trama a pesar de su complejidad, aunque en algunos momentos la narrativa puede sentirse atropellada debido a la abundancia de subtramas y el frenético ritmo.
El villano de la historia, Lord Redmane, es una presencia ominosa en la novela ficticia, un ser casi divino cuyo dominio ha sumido a su mundo en el caos. La batalla final entre el héroe y este antagonista es un clímax visual impresionante, donde los efectos especiales alcanzan su máximo esplendor. Redmane, un gigante samurái de cuatro brazos, mezcla de influencias de la cultura asiática y la estética de los videojuegos como Elden Ring o el actual Black Myth: Wukong.
Pese a la magnificencia visual y el cautivador argumento, A Writer’s Odyssey no está exenta de problemas. El guion, aunque ambicioso, a veces sufre por intentar abarcar demasiado, comprimiendo la historia de dos novelas en una película de dos horas. Algunas subtramas no reciben la atención necesaria, lo que deja ciertas partes de la historia sin una resolución clara o con explicaciones insatisfactorias.
A pesar de estos defectos, la película de fantasía es una obra obligatoria para los aficionados al cine que quieran alejarse de lo habitual en Hollywood, especialmente aquellos que disfrutan de producciones que exploran la conexión entre la imaginación y la realidad. «A Writer’s Odyssey» es un espectáculo que, aunque quizá no alcance la perfección narrativa, compensa con creces con su deslumbrante visualidad y su audaz mezcla de géneros. Está disponible en Prime Video y Filmin.
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