Cíclope disfruta de su estancia con su padre. Corsario vive la adolescencia de un hijo que le fue robada por un puñado de aliens. ¿Idílico?, no del todo.
El espacio, la última frontera, el lugar donde todas las razas pueden ser libres. Y los más libres entre todo ellos están los piratas. Scott Summers se une a los Saqueadores Estelares y empieza una nueva vida con su padre. ¡Y no van a faltarle problemas y aventuras!
John Layman llega a Marvel para escribir la historia de uno de sus mutantes preferidos, bueno, no, en realidad la versión más joven de su mutante preferido. Porque el Ciclope de esta historia es el que Hank McCoy, la Bestia, trajo del pasado en una maniobra bastante inocente para que su viejo amigo, el Summers adulto, cambiará su forma actual de actuar. No funcionó muy bien, y de paso dejo al Universo Marvel con la Patrulla X original en su versión adolescente peleando por un futuro al que no pertenecen.
Lo mejor de todo esto es poder reconstruir personajes e historias en un entorno actual, lo peor que el pasado de cada uno de ellos pesa mucho. Brian Michae Bendis se lio la manta a la cabeza y lo hizo muy bien en la serie de los mutantes. Pero las aventuras espaciales e Scott Summers y su padre en el espacio recayeron en manos de Greg Rucka, uno de los guionistas más brillantes de la actualidad. El resultado fue una obra de Space Opera, de aventuras espaciales por encima de la ciencia en resumen, una aventura de un X man cercana a aquellas epopeyas claremontianas clásicas. Ahora a Layman le toca continuar, al menos le ha tocado hasta que ha llegado ‘Secret Wars’.
Nos encontramos ante una aventura adolescente, divertida, con romance aventuras, engaños y sobre todo una historia familiar, de Ciclope y Corsario, pero también de esa extraña familia que forman las tripulaciones o los grupos que están unidos mucho tiempo. Es a través de esas nuevas relaciones con sus “nuevos” compañeros que vemos lo que Ciclope será, un personaje con facilidad para ganarse a los demás, leal y honorable, incluso con sus enemigos. Y un ligón de ésos que las mata callando, que intenta dejar a tras a Jean Grey, su amor de toda la vida, y aunque no lo logra, alguna que otra belleza cae mientras.
Layman coge con gusto la serie y se nota, empieza con una sorpresa y avanza montando una aventura llena de animación, acción y sobre todo muy, muy divertida. Una historia adolescente de aventuras, familia, paternidad, y sobre todo una curiosa visión de la vida en una tripulación con sus más sus menos y su mecánica tan especial. Ruptura de confianza, el precio del honor, amores adolescentes y caprichos de niña tonta tienen lugar en ’Cíclope: Mi vida como un pirata’, no será la mejor obra del año, pero entretiene como cualquier buena película de piratas.
El encargado de plasmar el desbarajuste hormonal con patas que es Cíclope es Javier Garrón. Barcelonés de nacimiento y dibujante de DC Cómics hasta que aterrizó en Cíclope. Su dibujo es luminoso y claro, compone la historia a base de escenas dinámicas y sin oscuridad, es una historia de aventuras protagonizada por un adolescente, más los ‘Goonies’ que ‘Piratas del Caribe’. Y sobre todo es un arte muy space opera, con cachivaches y ambiente tecnológicos más clásicos que de ingeniería, más estéticos que funcionales. Y como no, lleno de aliens extraños al puro estilo Star Wars, porque, sin ellos no estamos hablando de ci fi de aventuras. Un detalle que me resulta muy agradable es que nos encontramos un Cíclope muy joven, muy adolescente, es la edad que tiene, en comparación con lo que otros dibujantes suelen plasmar. Garrón nos da un Scott Summers muy real, y eso da más fuerza a una historia donde el pez chico tiene que aprender a pelear contra el grande. Y esa nave pirata con parecido con la clásica ‘Arcadia’ de Capitan Harlock, será cosa mía, que veo al personaje de Leiji Matsumoto en todos lados.
Pero como está ocurriendo con todas las series actuales al final tienen que cambiar por las ‘Secret Wars’. En este caso el personaje tiene que regresar con su grupo original, y tras el macroevento veremos su nueva serie. Pero no deja de ser una lástima que un divertimento así se tenga que acabar. Despedimos a la primera serie regular de Cíclope, y esperamos que alguna vez vuelva a coger el timón, la espada, y vuelva al puente de una nave espacial, ¡o de un barco pirara!