Hoy se estrena Lo dejo cuando quiera, la nueva comedia de Carlos Therón. Protagonizada por Ernesto Sevilla, David Verdaguer, Cristina Castaño o Miren Ibarguren, entre otros.
Pedro, Arturo y Eligio son tres profesores universitarios a los que la crisis ha dejado sin trabajo. Cansados y sin blanca, encuentran accidentalmente la solución a sus problemas en el proyecto de investigación en el que Pedro lleva años trabajando: un complejo vitamínico que ofrece desfase a tope sin efectos secundarios. Los tres profesores se lanzarán al mundo de la noche y de los negocios turbios para comercializar la mercancía. Algo para lo que no parecen estar aún tan sobradamente preparados.
Mediaset España ha repetido la fórmula que funcionó con Perfectos Desconocidos: hacer el remake de la misma película, italianas ambas. El trío protagonista es soso, sin chispa ni química entre ellos; siempre con los mismos chistes típicos y recurrentes de nuestro cine patrio. Cierto es que las mujeres triunfan en la película, Miren Ibarguren hace un papel muy bueno, al igual que Cristina Castaño. Aunque se ven desenfocadas por la cantidad de chistes de pelotas y desnudez. Golpes, porrazos, diálogos más que escatológicos y escenas vulgares, todo ello llevado a la exageración plena y desagradable. La escena del caballo, la que aparece en todos los anuncios es sin duda la peor, no entiendo cómo eso puede hacer gracia.
Cierto es que la película hace una buena crítica social; los jóvenes que se hartan a sacarse títulos para luego acabar sin trabajo. Vale, estupendo, pero llévame ese mensaje más lejos, dibújalo mejor. Hay un gag casi por escena, haciendo la película cargante y cansina por momentos y que, lo único que logra es sacarte un par de sonrisas y que, por lo menos, no te aburras soberanamente. Eso sí, como película es nefasta e infumable. Como producto comercial es pasable.
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