En la nueva entrega de la saga del Planeta de los Simios, Wes Ball trae consigo un autentico espectáculo visual, con una trepidante historia que te mantiene al borde de tu asiento durante toda la película.
Wes Ball se luce como director en El reino del Planeta de los Simios, que comparte la temática de sus anteriores películas del Corredor del Laberinto, ya que en su corazón esta nueva entrega trata sobre una joven atravesando un nuevo mundo postapocalíptico que estéticamente es muy parecido al de Horizon: Forbidden West.
Y se aprovecha al máximo este escenario. Toda la película está completamente cubierta de maravillosos paisajes que te sumerge en la película. Esto es sorprendente, ya que es básicamente una película de animación, pero para nada resulta ser algo negativo.
Análisis
Gracias a que no se tomaron prisas para sacar la película, los animadores se pudieron tomar todo el tiempo necesario para que las escenas y los personajes se vean realistas y perfectamente animados. No como otros estudios que priorizan cantidad a calidad.
Un buen detalle es que la película utiliza muy bien a sus predecesoras como base. El reino del Planeta de los Simios trata sobre el legado de Cesar y como su mensaje es recordado. Aquí se toca un poco el cinismo de la franquicia, la idea de que retorzamos los ideales de nuestros líderes es una idea aterradora.
Así que el fin de la civilización del que habla esta película es uno más moral que físico, como en las anteriores, pero aun así manteniendo el mensaje de la violencia profunda en toda criatura inteligente.
Esto lo amplifica con poderosas imágenes que sirven para dar impacto visual a la historia, pero también cumplen un objetivo narrativo. Y eso empieza desde el mismo principio de la película, con una sola imagen consiguen ponerte los pelos de punta desde el primer minuto.
Aunque no es una película perfecta, de hecho hay varios personajes que no están bien desarrollados. Por ejemplo, uno de los simios protagonistas tiene un cambio radical de personaje sin motivo alguno. Pero el peor desarrollado es la protagonista humana, sus objetivos y motivación no son revelados hasta el final de la película, y aunque esto se podría haber conseguido de alguna manera mejor desarrollada, aquí no.
Aparte de no tener ninguna motivación, es presentada como alguien que no confía en los simios y que sus objetivos están en su contra. El problema aquí es que nosotros como audiencia empatizamos más con los simios que con los humanos, lo que es un cumplido hacia los actores y guionistas.
Pero no ayuda a un personaje que quiere ser presentado como empatizable cuando, conspira en contra de personajes con los que ya hemos empatizado, aunque ella sea de nuestra misma especie.
A pesar de no ser una película sin goteras, ni una que pueda aspirar al estatus que tiene su predecesora del 68, es una magnífica entrega para la saga, y posiblemente un punto fuerte de entrada para alguna nueva trilogía en el futuro, que dada la fama de la saga y la calidad de esta entrega se podría decir que es inevitable revisitar este mundo y sus personajes.