¿Es la película Deadpool y Wolverine la culpable de lo que hacen los espectadores en las salas de cine? La polémica crece en redes sociales.
En los últimos días, las redes sociales se han encendido en un intenso debate sobre el comportamiento en los cines, un tema que parece haber cobrado nueva fuerza en los últimos años. La controversia gira en torno a la creciente tendencia de los espectadores a sacar sus teléfonos y grabar escenas o tomar fotos durante las proyecciones. Un ejecutivo anónimo de un importante estudio ha señalado directamente a Deadpool y Wolverine como responsables de esta problemática.
Según un informe publicado por Variety, este ejecutivo afirmó que el comportamiento de los espectadores en los cines ha cambiado significativamente. «Han desarrollado una relación diferente con el material; para ellos, todo es contenido», declaró la fuente. El dedo acusador se dirige al director Shawn Levy y a los protagonistas Ryan Reynolds y Hugh Jackman, quienes, al parecer, habrían compartido clips grabados por fans en redes sociales durante la promoción de la próxima película Deadpool y Wolverine del Universo Cinematográfico de Marvel.
SPOILERS en redes sociales.
El problema radica en que estos clips, que normalmente serían eliminados por infringir derechos de autor, permanecieron en línea por un tiempo prolongado, acumulando millones de vistas. Esto podría haber sentado un precedente para que los espectadores consideren aceptable registrar y compartir fragmentos de películas.
Una fuente cercana al director afirmó que Levy está en contra de la piratería y que nunca compartió intencionalmente contenido grabado en los cines de Deadpool y Wolverine. Sin embargo, solo quería enfatizar la reacción de los fans en las salas.
Otro caso reciente que ejemplifica este fenómeno es el de la adaptación cinematográfica de Wicked.
La producción, protagonizada por Cynthia Erivo, ha sido víctima de múltiples filtraciones en redes sociales. Clips que incluyen interpretaciones clave, como «Defying Gravity», han circulado ampliamente en plataformas como Instagram y TikTok. Aunque Universal Pictures trabaja activamente para eliminar este tipo de contenido, las redes sociales representan un desafío monumental: las publicaciones individuales son más difíciles de controlar que las filtraciones masivas en sitios de descarga directa.
Este cambio en la dinámica de consumo cultural también se ve alimentado por las declaraciones de figuras públicas. Por ejemplo, Dwayne «The Rock» Johnson recientemente alentó a los espectadores a cantar durante las proyecciones de Moana 2 (Vaiana 2), un comentario que fue duramente criticado por puristas del cine que valoran la experiencia silenciosa en salas.
El desafío para los estudios.
La lucha contra la piratería en plataformas modernas plantea una serie de problemas. Los sistemas de derechos de autor han sido eficaces en sitios web más tradicionales, pero no están diseñados para enfrentar la avalancha de clips cortos y virales que se generan en redes sociales. Los estudios parecen estar atrapados en una carrera contrarreloj para proteger su contenido en un panorama digital que evoluciona rápidamente.
En cuanto al futuro, queda por ver cómo las compañías cinematográficas manejarán este dilema. Lo que está claro es que el impacto cultural de Deadpool y Wolverine, más la influencia de las redes sociales están reconfigurando no solo la experiencia en los cines, sino también la manera en que el público interactúa con el cine como medio artístico.
¿Crees que acertaron con esa promoción tan agresiva de Deadpool y Wolverine? ¿La gente debería olvidarse del móvil viendo la película? Te leo en comentarios.
La película Deadpool y Wolverine está disponible en la plataforma de streaming Disney Plus con este enlace.