Tras las primeras horas de la infección en Dcsos, las bajas se acumulan, y no hay tiempo para el duelo, pero si un recuerdo para llorar a los caídos
En Dcsos el virus se extiende como la pólvora y nadie está a salvo, ni los héroes, ni los villanos, ni aquellos a los que aman. Continúa el fin del mundo DC tal y como lo conocemos, de manos de Tom Taylor y Trevor Hairsine, es hora de las despedidas, y duelen.
LA ANTI VIDA LO DESTRUYE TODO…
Tras la rápida expansión del virus en Dcsos, las filas de los héroes se han visto mermadas, algunos de los mejores han caído. El mejor preparado para todo, Batman, ha visto morir a lo suyos, levantarse, y acabar también con él, solo Alfred ha sobrevivido, sus hijos han muerto. Pero no hay tiempo para llorar en soledad, el mundo necesita a Batman. Atlantis está bajo ataque, y su reina puede no ser suficiente, ni sus poderes, ni la magia de la capital de los siete océanos detiene la Anti Vida. Nadie está a salvo, ni siquiera Superman, el hombre más velóz que una bala, que no puede llegar a tiempo.
Dcesos sigue su camino sin mirar a quien pisa, en esta ocasión termina de fusilarse a todos los aliados de Batman que puede, y comienza a atacar otros reinos. Tom Taylor no necesita demasiadas paginas para contarnos como acaba el mundo DC, lo hace a toda velocidad, sin pausa para el planeta, pero si con instantes de alivio para masticar y digerir lo que ocurre. Todos los duelos tienen que aparcarse para poder detener al virus de la Anti Vida, aunque, todavía nadie sabe cómo.
…PERO LA ESPERANZA NO PUEDE MORIR
El guionista sigue con su trabajo, desmonta poco a poco el mundo para construir su historia de supervivientes. Así como Robert Kirkman construía un mundo nuevo en ‘The Walking Dead’ a través de sus personajes y su descubrimiento de un nuevo mundo, Taylor los usa para construir el nuevo mundo poco a poco, sus perdidas son las de todos, y su lucha es la de todos, son, como siempre han sidos, ejemplos, pero no solo de valor y lucha, en este caso, de dolor y contrición, porque aún tienen un trabajo que hacer, y es muy duro.
Trevor Hairsine sigue a la suya en DCsos, disfrutando con las versiones “zombi” de los héroes, dando una imagen de terror y muerte de unos seres que eran iconos para la humanidad, eran luz que combatía el mal. Ahora son monstruos asesinos que solo luchan por matar, por acabar con la vida, ya no son ejemplos de lo bueno del hombre, pero si que son razones para luchar para sus seres queridos, para su familia heroica, y de sangre. El dibujante consigue adaptarse a la historia de Taylor, que va a una velocidad extrema para contar todo en poco espacio, y no deja que su narrativa se vea afectada, pasan muchas cosas en muy pocas paginas, la acción está muy bien comprimida en las viñetas, permitiendo que cuente todo lo que tiene que contar, y además se deja espacio para lucirse en las grandes masacres, con imágenes de acción de impacto. Es de los mejores trabajos del dibujante.
Y así seguimos viendo caer héroes, a la humanidad, y a todo aquel que se cruza en el camino del virus Anti Vida, pero ya es hora de detenerse, pensar, y contraatacar. El mundo DC jamás se ha enfrentado a nada parecido, y toca arremangarse y trabajar, en los siguientes capítulos, aquí, nos damos un respiro para llorar a los caídos, cada uno a su manera, unos con una violencia que nunca ejerció, otros, con palabras de consuelo, pero al final, todos son humanos, y las lagrimas siempre brotan.