Si pensaste que El Pingüino fue una montaña rusa de emociones, intenta verla de nuevo: ¡la experiencia es aún más impactante!
Atención SPOILERS. La serie El Pingüino, parte del universo de The Batman, ha llegado a su fin, y los seguidores aún están emocionados por su impresionante desenlace. La serie, protagonizada por Colin Farrell como Oswald Cobblepot, también conocido como Oz, dejó una marca profunda, especialmente en su final, al hacer revelaciones que reconfiguraron por completo la percepción del personaje. Sin embargo, la verdadera esencia de Oz y el tipo de historia que Lauren LeFranc quería contar sólo se revela por completo cuando se ve la serie por segunda vez.
Es en el final de la serie donde El Pingüino revela la magnitud de la falta de moralidad y empatía de Oz, mostrando que es un sociópata sin remordimientos. Pero quizás la mayor «estrategia» de la serie fue hacernos creer que, en algún rincón, Oz podría tener un lado amable. Al volver a ver la serie, se hace evidente que este «lado humano» era una manipulación dirigida a los espectadores. Farrell encarna a un Oz profundamente complejo, y es en esta segunda visualización donde emergen matices que muestran al personaje en toda su oscuridad.
Desde el capítulo 1 hemos visto cómo es, aunque trataban de convencernos de lo contrario.
Desde la primera escena, El Pingüino impacta cuando Oz asesina fríamente al nuevo jefe de la mafia, Alberto Falcone, un acto brutal que ocurre tan sólo minutos después de iniciar la serie. Pero el diálogo entre ambos sobre el mafioso legendario Rex Calabrese adquiere un nuevo significado al descubrir que el propio Rex intentó matar a Oz cuando era niño y que su imagen de ídolo era falsa. Esto convierte el conflicto de Oz con Alberto en un acto de represalia impulsado por su narcisismo y la necesidad de ser percibido como una figura importante en el inframundo de Gotham.
Oz desata una guerra de mafias en Gotham simplemente porque Alberto cuestiona sus delirios. Desde el inicio, LeFranc muestra que El Pingüino es la historia de un “tiburón de aguas turbias”, que avanza comiéndose a cualquiera que se cruce en su camino. Este enfoque, lejos de diluirse, se intensifica con cada episodio.
La actuación de Colin Farrell, un viaje a los rincones más oscuros.
Colin Farrell ha recibido numerosos elogios por su interpretación de Oz Cobb y es ya un serio contendiente para los Emmy 2025. Pero solo en una segunda visualización se revela la profundidad de su actuación. A lo largo de la serie, Farrell encarna sutilmente las complejidades de Oz, quien lleva consigo una historia familiar retorcida: mató a sus hermanos Jack y Benny, y su relación con su madre está enraizada en mentiras. En una segunda vuelta, es impresionante notar cómo Farrell transmite esta historia con sus gestos y micro-reacciones, especialmente en escenas donde menciona a su familia o sus relatos sobre el vecindario. Todo es un instrumento de manipulación, mostrando a un sociópata de pies a cabeza.
La actuación de Cristin Milioti cómo Sofía Falcone también gana matices en una segunda visualización. Aunque la percepción de su arco no cambia drásticamente, la manera en que los hombres en su vida (su padre y Oz) la utilizan sin miramientos añade una capa de tragedia a su personaje. Sofía nunca tuvo una oportunidad de escapar sin daño de ese entorno; sin embargo, su habilidad para tomar el poder al final es aún más impactante en este contexto.
Los personajes secundarios son víctimas en un círculo de depredadores.
Personajes como Victor Aguilar (Rhenzy Feliz), Eve Karlo (Carmen Ejogo) y Francis Cobb (Deirdre O’Connell) también se perciben de forma diferente en una segunda visualización. Desde el inicio parecen condenados, víctimas en una red de violencia donde Oz se alimenta de cada uno de ellos. Saber esto de antemano transforma sus interacciones con Oz en escenas trágicas, mostrando a personajes atrapados en la red de un depredador insaciable.
Volver a ver El Pingüino no es solo repasar la historia de uno de los villanos más despiadados de Gotham, sino una oportunidad de profundizar en la naturaleza sombría de Oz Cobblepot. Es un recordatorio de por qué Batman se enfrentará a un reto enorme al intentar hacerle frente. Esta serie expone las raíces más oscuras de uno de los enemigos más implacables de Batman, ofreciendo un retrato que solo se completa cuando se ve desde todos los ángulos. Sin olvidar, la habilidad que tiene de zafarse de terribles peligros en el último segundo, demostrando que solo busca su pura supervivencia.