Siguiendo la fórmula tradicional de las películas de baloncesto, Netflix apuesta por la ambientación en una comunidad navajo.
Rez Ball es una historia deportiva que, aunque sigue la conocida fórmula de otras películas de baloncesto, logra destacar gracias a su entorno cultural y a la profunda humanidad de sus personajes. Dirigida por Sydney Freeland, quien también coescribió el guion, la película está ambientada en una comunidad navajo en Chuska, Nuevo México, y presenta a los Chuska Warriors, un equipo de baloncesto de secundaria que lucha por el campeonato estatal pese a la pérdida de su jugador estrella.
Esta película no solo habla del baloncesto, sino que también refleja la resiliencia y el espíritu de una comunidad nativa americana que se enfrenta a sus desafíos.
Una historia que merece la pena.
El guion de Rez Ball está maravillosamente escrito: es divertido, irónico y rebosante de posibilidades para el futuro. La película reconoce las cicatrices del pasado y cómo estas influyen en el presente de los personajes. El director, Freeland, logra mantener la historia cercana y realista, particularmente a través del personaje de Jimmy, quien encuentra esperanza tanto en la cancha como en su vida personal. Es un filme de Netflix que, aunque se apoya en los clichés habituales de las películas de deportes, logra una profundidad única gracias a la especificidad cultural que presenta, haciendo sentir al espectador que está viendo algo tanto familiar como refrescante.
Visualmente, Rez Ball es una obra impresionante. La cinematografía de Kira Kelly, reconocida por su trabajo en el documental de Ava DuVernay «13th», aporta un estilo visual que transiciona sin esfuerzo entre monólogos emocionalmente resonantes y emocionantes escenas de baloncesto. Estas secuencias deportivas, aunque a veces apresuradas, logran captar la intensidad y el dinamismo del juego, con actores que demuestran una gran habilidad con el balón. Sin embargo, lo que realmente destaca son las interacciones entre los jugadores y el retrato de la comunidad, creando una atmósfera íntima y cálida.
Te atrapará de principio a fin.
Rez Ball se siente tanto entretenida como conmovedora, por lo que es un nuevo acierto de Netflix. Aunque se puede prever gran parte de la historia y algunos diálogos parecen haber sido escritos con antelación, eso no le resta a la película la capacidad de atrapar al espectador en su emotiva narrativa. Freeland sabe cómo mantener un tono optimista sin caer en el sentimentalismo barato, lo cual le da a la película un encanto propio y suficiente dinamismo para mantener al público atento.
Las interpretaciones de los actores, así como la dirección de Freeland, hacen que la película se sienta más profunda de lo que podría sugerir su simple sinopsis. Cada participante en la realización de Rez Ball merece un trofeo, ya que todos aportan su máximo esfuerzo en este proyecto. Hay una intimidad vivida en su corazón y humor que es específica a la cultura que representa y, al mismo tiempo, universalmente sentida.
Si bien Rez Ball no es un gran innovador dentro del género de las películas deportivas, sí es un firme ganador de Netflix. La historia de hermandad, comunidad y amor al juego está bien lograda e inspirará a quienes la vean. Con Freeland y Sterlin Harjo en los mandos, Rez Ball tiene el potencial de convertirse en un clásico de larga duración, una película que resonará durante generaciones.
Rez Ball ya está disponible en Netflix. En este enlace encontrarás otra recomendación de una serie de la plataforma de streaming para un buen maratón, que no te puedes perder.
