Jimmy Palmiotti y Amanda Conner alejan a Harley Quinn del Joker. Empleando a Chad Hardin en el dibujo, elaboran el nuevo status quo del personaje en el universo DC respetando la tragicomedia, la demencia y la diversión de la pequeña creada por Bruce Timm y Paul Dini en 1992.
Los primeros pasos de la pequeña Harley Quinn:
«Créeme, en tu corazón brilla la estrella de tu destino«. Lo dijo Friedrich Schiller, un poeta y dramaturgo alemán, pero bien podrían haber sido Bruce Timm y Paul Dini cuando hace 23 años imaginaron a Harley Quinn. El 11 de septiembre de 1992 se emitió el capítulo número 22 de la icónica serie de animación de Batman (‘Batman: The Animated Series‘) en el que la pequeña Harley Quinn apareció por primera vez. A lo largo de la ficción televisiva animada, el personaje fue creciendo junto a El Joker y haciéndose cada vez más y más -inevitablemente- grande.
Llegó un momento, en 1994, que la popularidad de Harley Quinn fue tan destacada que DC Comics se vio obligada a desarrollar un cómic exclusivo para explicar el origen del personaje. El cómic en cuestión fue «Mad Love«, escrito por Paul Dini e ilustrado por Bruce Timm. Los padres de la criatura no podían perdese su verdadero nacimiento, aunque hasta 1999 Harley Quinn no llegó a incluirse en el universo regular de DC Comics. Sería en «Tierra de Nadie«, también con la firma de Paul Dini. Papá no olvidaba a su pequeña…
Sin embargo, la primera serie en solitario de Harley Quinn se publicó en 2001 y alcanzó un total de 38 números. Por sus páginas pasaron artistas como Terry Dodson, Mike Huddleston, Karl Kesel, A.J. Lieberman y Pete Wood. Durante el resto de la década pasó desapercibida, más bien recluida en la sombra de El Joker. Pero Harley Quinn tendría su momento con la entrada del 2010 y la publicación de la serie «Gotham Sirens«, cuyo protagonismo tuvo que compartir con Selina Kyle (Catwoman) y Pamela Isley (Hiedra Venenosa).
Los dos orígenes de Harley Quinn:
La doctora Harleen Quinzel trabajaba como psiquiatra en el Asilo Arkham y fue designada para tratar al demente criminal más peligrosos de Gotham: El Joker. Sometida psicológicamente a los designios del príncipe payaso del crimen, Harleen Quinzel quedó completa e irremediablemente enamorada del Joker, quien le enseña la broma que es la vida y la magnetiza con su particular punto de vista existencial. No obstante, sería un acontecimiento traumático el que marcaría definitivamente la transformación de la doctora Harleen Quinzel en el personaje de Harley Quinn (referencia a «arlequín«). Y es que en una de las muchas fugas del Joker del Asilo Arkham, Batman lo devuelve al centro de criminales dementes y la doctora constata las enormes heridas superficiales que le ha provocado el Hombre Murciélago a su paciente. Es entonces cuando Harleen Quinzel se convierte en Harley Quinn y jura venganza contra el Caballero Oscuro de Gotham.
Sin embargo, tras los acontecimientos de «Flashpoint» y el nuevo Universo DC (nUDC) resultante con el evento «The New 52«, el reboot editorial que significó suponía un nuevo origen para algunos de los personajes más importantes de la editorial de la Liga de la Justicia. Por ello, Harley Quinn varió. Además de ser captada por El Joker, el príncipe payaso del crimen la somete a una violencia física sin parangón hasta acabar convirtiéndola en prácticamente una esclava a su servicio. Una vez definida su existencia, Amanda Waller la capta para incluirla en el Escuadrón Suicida pero poco después abandona el grupo de villanos. Es ahí donde entra el número #1 de ECC Ediciones sobre la serie en solitario de «Harley Quinn» que voy a comentar a continuación.
Contexto para leer el primer número de «Harley Quinn«:
Una vez abandonado a El Joker tras los terribles acontecimientos de «Batman: La muerte de la familia» (la propia Harley Quinn en este arco argumental asume la realidad y llega a reconocer al Hombre Murciélago que al príncipe payaso del crimen se le ha ido de las manos esta vez), fuera de Escuadrón Suicida y lejos de la manipuladora Amanda Waller, Harley Quinn se ve recluida en su trastero, con todas sus pertenencias y un futuro completamente negro en el horizonte. ¿Adónde va a ir una mujercita como ella sin El Joker?
El destino o el azar, o ambas cosas a la vez, hace que Harley herede un bloque de pisos en Coney Island (Nueva York) gracias a un ex-paciente del Asilo Arkham que no se ha olvidado de ella. La carga fiscal a la que está sometido ese edificio obligará al personaje a buscar un empleo… Pero ya sabemos como es Harley Quinn, las cosas no son tan simples para alguien como ella. Además, un misterioso anuncio en Internet paga un precio desorbitado por la cabeza de Harley Quinn, quien debe hacer frente a los innumerables cazarrecompensas que intentarán hacerle la vida imposible. Al mismo tiempo, Harley deberá adaptarse a su nueva vida y a los inquilinos que formarán su nueva y loca familia en el nuevo Universo DC.
El equipo creativo formado por Jimmy Palmiotti, Amanda Conner y Chad Hardin para «Harley Quinn«:
Para llevar a cabo este nuevo status quo de Harley Quinn dentro del nuevo Universo DC y lejos de El Joker, DC Comics delegó la tarea en Jimmy Palmiotti y Amanda Conner. Palmiotti, conocido por su tarea como entintador del legendario Joe Quesada, y Conner, esposa de Palmiotti y reconocida dibujante en el sector, son los responsables de darle un nuevo giro y un nuevo aire a Harley Quinn y, desde mi punto de vista, han realizado un trabajo fabuloso.
Considero que ha sido un fantástico ejercicio narrativo porque en «Harley Quinn #1» (los ocho primeros episodios que ha recopilado ECC Ediciones para el primer tomo en rústica) han proyectado una imagen de la amada del príncipe payaso del crimen mucho más compleja de lo que a priori parece representar el personaje. La distorsión de la realidad no se presenta como parte de la locura de Harley Quinn ni tampoco hemos encontrado un personaje sádico y desquiciado; todo lo contrario, en la fragilidad de una Harley Quinn sin Joker encontramos a una mujer con humor que es capaz de reírse de sí misma y de comprender en lo que se ha convertido. Comprenderlo y aceptarlo.
Lo paradójico del trabajo de Jimmy Palmiotti y Amanda Conner ha sido volver a introducir al personaje en las prácticas terapéuticas. Este viaje a la nostalgia, a la raíz del personaje, sirve como puente a los guionistas para mostrarnos el lado más sociópata y misántropo de Harley Quinn. Un viaje a mitad de camino entre una Harley Davidson y unos patines de roller-ball. Mientras, un castor disecado -cortesía del Joker- es testigo de toda la acción y nos permite asumir una verdad ineludible: Harley Quinn está como una cabra, pero cómo nos divierte su demencia.
Es curioso que, asumiendo que Harley Quinn nació al amparo de un personaje secundario como El Joker, el mayor obstáculo narrativo que Palmiotti y Amanda Conner se podían encontrar con esta cabecera en solitario para la novia del príncipe payaso del crimen era hacerla funcionar sin él. Precisamente, en ese respeto a la tragedia de la vida de Harley Quinn, conexión directa con El Joker, está la base del éxito de los historietistas. Un trabajo de conjunto sólido y elaborado, que respeta la tragicomedia de Harley Quinn mientras intenta adaptar a un personaje inadaptado al día a día. Terapia «en solitario» para abordar la realidad desde el lado más loco de la vida.
En el apartado creativo me queda por comentar la labor del dibujante de la serie, Chad Hardin (porque las portadas las firma Amanda Conner). Detallista y expresivo, ha plasmado con pulcritud el sugerente atractivo sexual de Harley Quinn. Lo que la pequeña se merece. Si uno mira las portadas o echa la vista atrás podrá constatar que Hardin y Conner comparten un estilo muy similar. Posiblemente DC Comics haya optado por la opción de Chad Hardin para mantener la unidad narrativa y que «Harley Quinn» fuera un éxito desde el primer momento. Como así ha sido. Por otro lado, ya que en Estados Unidos ha sido una de las series que mejor recepción de público ha tenido en los últimos tiempos.
Punto y aparte es el número #0 que presenta la serie de «Harley Quinn«:
Por si todo lo que he escrito no fuera motivo suficiente para que os animéis a leer la cabecera de «Harley Quinn«. El número #0 de la serie (incluido también en el tomo en rústica de ECC Ediciones) merece un comentario exclusivo obviando el resto del cómic. Y es que, como presentación del personaje, nada mejor que lo que DC Comics, Jimmy Palmiotti y Amanda Conner planearon para servir de apertura a la nueva serie.
Nombres tan importantes para el sector del Noveno Arte como Jim Lee, Adam Hughes, Bruce Timm, Tony S. Daniel, Walter Simonson o Darwyn Cooke se dan cita en una especie de «cameos consecutivos» por parte de los dibujantes. Rompiendo la cuarta pared, ejerciendo la auto-parodia y dando su propia versión del personaje. Harley Quinn vive en cada uno de los ilustradores que se dieron cita para participar de manera voluntaria (dudamos de Jim Lee y de alguno más) para darle al cómic de «Harley Quinn» la introducción que se merece.
Y es que hay personajes que han nacido para brillar… Y Harley Quinn brilla con luz propia.