Series, decenas de series, cada vez más y no dejamos de verlas
Hace tiempo que me bajé del carro de esta al día de series, películas, cómics, libros… Veo y leo según puedo, quiero y me apetece. La continuidad me da igual, la novedad no me importa y si empiezo ahora una serie de hace una década no pasa nada. Pero a mi alrededor veo a otras tantas personas, en vivo y en redes sociales, que no dejan de consumir todo lo que llega a sus manos y pantallas, o de engullir sería más correcto.
No hay espacio para deleitar y para reflexionar, no hay espacio para la calma o para recuperar esa vieja película. El público ha pasado de estar enganchado a una serie de semana en semana a estar enganchado a una serie cada semana. Igual cada semana no, pero sí es cierto que cuando alguna producción se convierte en “La del momento” o “Esa que debes ver” lo hace por un tiempo muy limitado, a las pocas semanas empieza a importar menos, a desaparecer de las conversaciones y uno llega a preguntarse si no la habrán cancelado a los pocos episodios (pasa, a veces pasa. Y otras no llegan más allá de una o dos temporadas).
Más, tío, más
Lo peor es que en ocasiones se ve incluso una especie de competición entre unos y otros. Una carrera por ser el que más ha engullido y la creencia de que si no estás al día no podrás hablar de ello, o te quedarás atrás y perderás. O algo así, no hay más que dar un vistazo en cualquier red social para ser consciente de ello. No hay interés real en disfrutar de tal o cual producto, de sentarse a ver qué ofrece el guio y la dirección, solo de tragarse el contenido y rápidamente pasar a otro.
Un rápidamente que a veces es muy literal y al hecho de personas que ven las producciones a una velocidad de reproducción mayor me remito. Y es una lástima, es una forma de deshonrar el trabajo de otros y de no concedernos a nosotros mismos un tiempo de calidad. Pero es lo que tiene estar enganchado a estar enganchado, que engancha.