Disney, la compañía reina del entretenimiento demuestra su confianza en Kevin Feige y Jon Favreau. Sus trabajos han dejado en alto las ganancias de la empresa.
Lo que algún día para Disney representaban las caricaturas de Walt, los largometrajes de las princesas más famosas de la historia o más reciente, los productos Pixar, hoy lo representan dos grandes baluartes: Kevin Feige y Jon Favreau.
La compañía más fuerte de la industria del entretenimiento siempre ha sido muy conocida por sea lo que sea que produzca: animaciones, series, películas… ¡Y cómo olvidar sus parques de diversiones! Pero, es cierto que a lo largo de los años siempre encuentran temas de los que suelen extraer mucho contenido.
O sea, la marca usa grandes minas de oro, inagotables y muy reciclables.
Las minas de oro de Disney
En el siglo XX, donde hacer películas animadas era aún terreno desconocido, se aventuraron. La temática principesca les significó una gran fama. Desde 1937, con el lanzamiento de Blancanieves y los siete enanitos, descubrieron que había cómo ganar mostrando que los cuentos podían moverse y verse en la gran pantalla.
Así las cosas, entre los 40′ y los 90′ expandieron su idea y se hicieron con la mayor cantidad posible de derechos de clásicos literarios: Pinocho, Robin Hood y Winnie Pooh, fueron algunos de los textos que saltaron de las páginas a la pantalla gracias al ingenio de tal compañía.
Sin embargo, a finales de los 90′ la ambición por reinar el mercado animado creció y fue cuando se aliaron con Pixar. Convenio que produjo éxitos como Toy Story, Los Increíbles o Monstruos, S.A..
Disney ya sentía su poder al lado de todas las demás productoras audiovisuales del mundo, pero no se detuvieron y en los últimos años se hicieron con los derechos de dos de las franquicias más revolucionarias de la historia del cine y la televisión: Marvel y Star Wars.
Estas dos, siendo las más recientes minas de oro de la casa de los dibujos animados. Series, mercancía y películas comenzaron a producirse entre los personajes de dichos universos y el capital del legado de Walt.
Pero se encontraron con una situación, los jefes creativos de ambos mundos ya no estaban en condiciones de seguir creando productos con frecuencia. Stan Lee, quien posteriormente falleció, no era un cineasta y mucho menos un jefe de set. Por su parte, George Lucas decidió mantenerse al margen de las cámaras, pero no desprenderse del todo.
De Marvel Comics a Marvel Studios
Así, los nuevos dueños necesitaban encontrar a alguien que liderará los futuros proyectos con estos nombres de respaldo. Fue así que para Marvel se encontró a Feige, quien ha manejado de forma ejecutiva las cintas más taquilleras de la historia año tras año.
El empresario ha buscado los mejores directores, guionistas y actores para cada proyecto que toma, siendo así el rey Midas del cine de superhéroes y ahora también de las series.
El legado de la Fuerza
A su vez, se halló a la persona correcta para tomar el timón al frente de toda la galaxia creada por Lucas, ese ha sido Favreau, quien ya había trabajado en varios proyectos de Marvel, inclusive. Así como en la legendaria trilogía de Iron Man, de las que dirigió las primeras dos y produjo la última.
También recordado por interpretar a Happy Hogan en la saga.
Después de ello, y con la creación de la plataforma Disney+, llegó su momento de heredar el liderazgo de La Fuerza, siendo el creador del Mandaloriano, superando toda expectativa y rescatando lo mejor, de lo mejor, del universo de Star Wars.
El norteamericano será el productor ejecutivo de El Libro de Boba Fett y seguramente colaborará con la serie de Obi-Wan y Ahsoka Tano.
Cabe destacar que no ha actuado solo y ha aparecido con el apoyo de Dave Filoni. Este último fue la base creativa de la serie de Clone Wars y lo será de La Remesa Mala. También participó en El Mandaloriano.
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