Greg Rucka continúa con su nueva obra y presenta el desolado mundo futuro en ‘Lazarus: Elevación’. Aunque no es muy diferente del nuestro.
Trabajadores y clases bajas peleando por sobrevivir con enormes créditos a sus espaldas, exigencias sobre cualquier retraso y poca ayuda del “gobierno” ante los grandes desastres. Subir en la pirámide social, luchar por la aceptación y la supervivencia, los estancos estamentos sociales, y la lucha contra ellos, Rucka construye un fresco ficticio, pero no se aleja de la realidad.
El guionista Greg Rucka baja un poco la velocidad para poder ilustrar un poco más al lector sobre el ambiente en el que la historia se mueve. Como el resto del mundo fuera de las familias existe en un equilibrio delicado entre el trabajo y las deudas, como existe una parte de la humanidad que ha decidido que el salvajismo es la respuesta. Dibuja un cuadro bastante depresivo para todos aquellos que no están dentro de las grandes familias. Y aunque se supone que es un futuro distópico en el que algún tipo de catástrofe ha cambiado el mundo, no está muy lejos de la situación actual. Granjeros acosados por las deudas y los grandes latifundios de las corporaciones, el juego de los bancos, y una búsqueda de empleo que permita una vida digna en las ciudades. Grupos terroristas surgen contra los gobiernos “mafiosos”, con una moralidad y unos métodos dudosos. No es nuestro mundo, pero se parece mucho.
A nivel de personajes el escritor introduce nuevos personajes y elementos, siempre ha sido gustoso de las historias corales complicadas por las personalidades dispares. También comienza la seducción de nuestra Lazarus protagonista por su “hermana”, que cree que es la llave para controlar la familia. Felicity, irónico nombre, sigue dudando de sus orígenes y de su pertenencia o no a su clan, y recuerda su pasado, con cariño y con duros recuerdos de su entrenamiento.
Solida historia que se amplia para contener no sólo el punto de vista de los gobernantes, también los gobernados tienen gran protagonismo. En este tomo Greg Rucka ha bajado el ritmo para poder introducir nuevos elementos y personajes, lo que no lo hace tan contundente como lo fue el primero, pero no decepciona en ningún momento, sigue teniendo los valores de la serie, sólo, que aquí hay que “poner más carne en el asador”.
Michael Lark es un gran narrador, sigue primando la historia y lo que cuenta sobre todas las cosas, la claridad de las composiciones de pagina y la sencillez de todas las acciones permiten que la lectura tenga un ritmo ameno. Pero cuando tiene que ralentizar o acelerarlo es un maestro en el espacio entre cuadros y las acciones detalladas con planos recurso. En resumen, sabe contar la historia y muestra lo que necesita para que no sea pesada. Si algo siempre ha sido muy potente en Lark es que es capaz de dotar la acción de un efecto realista y sucio, no es una pelea heroica ni de película, no es complicada ni efectista, son huesos rotos y sangre.
‘Lazarus’ es actualmente una de las series a seguir del panorama USA, y mantiene toda su potencia y augura aún más historias sabrosas en su mochila. La adaptación a televisión, en mi sincera opinión, será más floja viendo todo lo que plantea Rucka, pero ya es conocido que las cadenas norteamericanas se arriesgan poco. Esperemos que sea adaptada por algún fan de la obra y el material tenga la calidad del cómic(sigan los pasos de Mr. Robot, una serie completamente adulta y que no se casa con nadie), y podamos seguir disfrutando en la pantalla pequeña de ésta joya.