Sería un desastre si alguno de los personajes humanos consiguiera Los Anillos de Poder, así lo explica un actor de la serie.
Leon Wadham, que interpreta a Kemen hijo de Pharazôn en la serie de Los Anillos de Poder, ha revelado en una reciente entrevista por qué cree que los hombres, especialmente su personaje, no deberían recibir los poderosos anillos mágicos.
El actor neozelandés explicó que dado el comportamiento actual de Kemen y la situación en Númenor, darle un Anillo de Poder sería catastrófico:
«Siento que las cosas ya van tan mal, no le dé un anillo a Kemen. Eso será un desastre. Celebrimbor dice a principios de esta temporada cuando Sauron plantea la idea de dar anillos a los hombres de que esa sería una idea terrible. Y creo que ver lo que está sucediendo en Númenor esta temporada, no hay duda de lo que quiere decir. Si ya estamos en esta forma sin ellos, ¿dónde estaremos cuando lleguen?». Dijo Leon Wadham a SR.
Atención SPOILERS. Wadham hace referencia a los acontecimientos recientes en la serie, donde Kemen ha mostrado un lado cada vez más oscuro y ambicioso tras el ascenso al trono de su padre Pharazôn. En el quinto episodio de la segunda temporada, Kemen llegó incluso a asesinar por la espalda a Valandil (Alex Tarrant), un antiguo amigo.
El Señor de los Anillos ya demuestra que eso fue un error de los elfos y un acierto de Sauron.
En El Señor de los Anillos, los Nueve Anillos de Poder fueron forjados por Sauron y entregados a nueve reyes humanos con el propósito de corromperlos y someterlos a su voluntad. Aunque estos anillos ofrecían grandes poderes y longevidad, estaban diseñados para que Sauron pudiera controlarlos a través del Anillo Único, el cual él mismo creó en secreto. Así, los reyes humanos, seducidos por las promesas de poder, no sospecharon que su destino final sería quedar atrapados en una esclavitud espiritual bajo el dominio del Señor Oscuro.
Al principio, los Anillos de Poder ofrecían a sus portadores enormes ventajas: extendían su vida más allá de los límites humanos normales, les otorgaban poder sobre otros hombres y una influencia considerable en sus reinos. Sin embargo, aunque estos beneficios parecían atractivos, los reyes humanos no podían escapar a su naturaleza mortal. Con el tiempo, comenzaron a sufrir las consecuencias de usar los anillos. Aunque no envejecían físicamente, sus almas se deterioraban, y su conexión con el mundo físico se volvía cada vez más tenue. Estaban atrapados en una especie de inmortalidad maldita que los condenaba a una existencia sin muerte pero también sin verdadera vida.
Una oscura sombra oscureció a los portadores.
La corrupción de los reyes fue un proceso gradual y doloroso. A medida que pasaban los años, perdieron sus identidades y comenzaron a desvanecerse de la existencia física, convirtiéndose en espectros invisibles. Atrapados entre el mundo de los vivos y el de los muertos, sus cuerpos se desintegraron y sus voluntades fueron dominadas por Sauron. Finalmente, los nueve reyes se transformaron en los Nazgûl, o Espectros del Anillo, sirvientes del Señor Oscuro. Totalmente esclavizados por él, ya no tenían voluntad propia y se dedicaban a cumplir sus órdenes, incluyendo la búsqueda del Anillo Único.
Los Nazgûl, aunque poderosos y temidos, sufrían una existencia de perpetua oscuridad y sufrimiento. Aunque no podían morir, tampoco vivían realmente, vagando en un estado de no-muerte. Esto los convertía en una advertencia trágica sobre las consecuencias de la ambición desmedida y el deseo de inmortalidad. Los Anillos de Poder, al final, no eran más que una trampa diseñada por Sauron para explotar las debilidades humanas, particularmente el miedo a la muerte y el deseo de poder eterno.
Será interesante comprobar la corrupción de los humanos en la serie Los Anillos de Poder que se puede disfrutar en Prime Video con este enlace.
