El pequeño peludo vuelve, y esta vez es más viejo, más peligroso, y ni Iron Man puede detener a Mapache Cohete.
Con el cliffhanger del anterior número nos llega una historia de nuestro “héroe”, Mapache Cohete, como nos gusta, con acción, palabrotas, y el animal más peligroso de la galaxia haciéndoselas pasar canutas a alguien, en este caso al Tony Stark. ¡Iron Man es el invitado, y saldrá trasquilado!
Nos encontramos en el futuro, Groot se ha convertido en un colosal monstruo que está arrasando la tierra, y ni los héroes más poderosos de la Tierra pueden detenerlo, que Hulk sea poco más que un aperitivo para el arbóreo alien es demostración de ello. Y para detenerlo, los Vengadores recurren a su viajo compañero, Mapache Cohete. Pero éste es más viejo, más duro, y más cínico, ya no le importa nada de todo eso. Y de paso le da una paliza a Iron Man cuando va a visitarle, es Mapache Cohete, nadie le toca los hocicos.
Skottie Young sigue construyendo historias donde el humor es la clave, situaciones dramáticas alteradas para que resulten cómicas, o como mínimo más ligeras de lo que deberían. Eso hace que cada número de esta serie sea siempre un placer para el lector. Una trágica muerte heroica se convierte en un chiste, un poco negro, pero gracioso.
Lo mejor de este número son los detalles, Young y Parker han visto mucho cine y televisión está claro.
Que Groot parezca Godzilla atacando Tokio, que Cohete parezca “Snake” Pliskin, esos homenajes al cine de acción y ciencia ficción , o cuando lees a Cohete llamando “Willow” a Groot,en referencia a la saga de ‘Buffy Cazavampiros’ en la que se volvía mala, es de ser muy fan de la serie de Whedon, y que el mapachebot del final llegue transformándose de caza a robot como en Robotech termina de rematar estos homenajes, y no sé si será por el dibujo de Parker, pero juraría que tiene cierto parecido con “los Gatos samurái” (Samurái Pizza Cats en USA). YU es en ese nivel donde funciona esta historia, al de los dibujos animados, se aparta un poco de la anterior saga que resultaba más seria, y encaminaba de nuevo a Cohete a su campo de especialidad, las risas y las explosiones.
Jake Parker vuelve a ser el artista encargado de inmortalizar la eterna lucha entre el mal y un mal hablado y egoísta mapache que sólo sabe buscar problemas. En sus anteriores números Parker era más que correcto, no es Young, pero se adapta muy bien a la serie. Pero aquí creo que por fin le ha cogido el punto loco que tiene que tener Cohete, y aparecen esos guiños y esos trazos más rápidos y gamberros. Menos perfección y más radicalidad, no mucha, que Young es mucho Young, pero mucho mejor, un aplauso par Parker.
Y llegamos al número nueve de la serie, y a partir de septiembre llegan las ‘Secret Wars’, y el Universo Marvel nunca será igual. ¿Cómo afectará esto a Cohete? Ya lo veremos, porque con la salida al mercado de la serie de Groot podemos ver como la sustituye unos meses, aún no se sabe. Porque de momento nos quedan unos meses para disfrutar de cañones enormes, animales peludos, y plantas unilingüisticas.
