Unas que vienen y otras que se van… Si la semana pasada hablábamos del gran estreno ‘Utopía’ (renovada por una segunda temporada, por cierto) esta seguimos en el universo ‘british’ para hacernos eco del anuncio de Channel 4 sobre el fin de ‘Misfits’. Nuestros delincuentes favoritos dirán adiós al finalizar su quinta temporada, que se estrenará a finales de año. No puedo decir que me coja de sorpresa, ya que llevaba un tiempo en la cuerda floja, pero no por eso deja de ser menos triste.
Un grupo de jóvenes, que prestan sus servicios a la comunidad por delitos menores varios, despiertan tras una fuerte tormenta eléctrica con superpoderes. Bueno, más que superpoderes, son poderes algo extraños, por decirlo de alguna manera. Los pobres tienen que apañárselas para vivir con ellos. No se convierten en superhéroes ni mucho menos, siguen siendo los mismos jóvenes rebeldes de familias desestructuradas que no salen de un lío y ya están en otro mucho peor. He perdido la cuenta de los ‘probation workers’ que han matado, la mitad de las veces casi sin querer. Ahí está lo cómico del asunto. Espero que este último supervisor les dure toda la temporada, el personaje es sencillamente genial.
No sé si es una serie de ciencia ficción, un drama o una comedia, supongo que es una mezcla de todo, y eso es lo que hace que me guste tanto, eso y ese acento que tienen, acento que me hace incomprensible la mitad de las conversaciones y aún así me cautiva.
No creo que sea un ‘spoiler’ decir que no queda ninguno de los cinco protagonistas del inicio, como decía al principio, unos que vienen y otros que se van. Cuando el carismático Nathan (Robert Sheehan) abandonó el barco, se llevó consigo a muchos espectadores, obligando a los guionistas a reinventarse a sí mismos para continuar contándonos historias, ya que para muchos él era el alma de la serie. Debo reconocer que su ‘sustituto’, Rudy (Joseph Gilgun), al principio no me convencía, pero hoy día le adoro, este señor se ha ganado a pulso estar donde está, para mí es un auténtico ‘crack’, capaz de interpretar en una ocasión a sus tres yos (el poder de Rudy es dividirse en otro yo, igual cuerpo, distinta personalidad) y aún con todo lo confuso que eso parece, identificabas en todo momento quién de los tres estaba en pantalla. Eso me deja sin palabras, así que no diré nada más excepto que le pongan un Bafta, un Grammy o lo que haga falta.
La serie ha sabido mantener su esencia tan cómicamente dramática incluso con todos los cambios que ha sufrido. ‘Misfits’ es surrealista, sí, pero es así desde el minuto uno. Y a mí me encanta, aunque supongo que soy de las pocas que lo sigo sintiendo así, la bajada de audiencia en la última temporada en comparación con las primeras lo dejan suficientemente patente. Al menos tendremos ocho capítulos más para disfrutar y despedirnos como debe ser. Además, parece que veremos nuevos poderes como convertir a alguien en tortuga… ‘speechless’. Esto es ‘Misfits’ amigos, y se nos acabará pronto.