Ya se ha estrenado Mufasa y a pesar de que es entretenida, su historia está lejos de igualar a El Rey León.
La película Mufasa, dirigida por Barry Jenkins, ha sido objeto de diversas críticas que señalan su incapacidad para igualar la magia y la profundidad emocional de la película original El Rey León. Aunque la película cuenta con impresionantes logros técnicos y visuales, tiene algunos fallos que impiden que la película se eleve a la altura de su predecesora.
En primer lugar, es innegable que la animación es técnicamente impresionante. Las criaturas animales están maravillosamente detalladas, lo que hace que el mundo de la película se vea muy realista. Sin embargo, esta excelencia visual no logra ocultar los problemas narrativos y emocionales que lastran al film. A pesar de los intentos de Jenkins por crear momentos emocionales y profundos para los personajes, muchos críticos sienten que estos momentos no logran conectar con la audiencia, dejando una sensación de distancia y frialdad. Mufasa parece estar constantemente al margen de la emoción genuina, como si los momentos clave de la historia no pudieran aterrizar adecuadamente, lo que contrasta fuertemente con la calidez emocional de El Rey León.
Uno de los mayores inconvenientes de Mufasa es su guion.
A pesar de la magnífica animación, la historia y el desarrollo de los personajes se sienten poco inspirados. La trama es un «copia perezosa» de la fórmula probada de El Rey León, sin aportar nada realmente nuevo o emocionante al universo. Esta sensación de «innecesidad» es una de las que más resalta, ya que la película no parece agregar valor a la mitología original, sino que simplemente la estira en una dirección que se siente forzada y, en muchos momentos, tediosa.
En comparación con el icónico El Rey León, Mufasa carece de la poderosa narrativa que hizo que la película de 1994 se convirtiera en un clásico atemporal. Mientras que la película original se sustentaba en una historia llena de emociones universales, como la pérdida, la redención y el autodescubrimiento, Mufasa se siente como una extensión innecesaria que no sabe qué quiere ser. Su intento de explorar temas de «familia encontrada» y la naturaleza del legado parece superficial, sin lograr capturar el impacto que El Rey León dejó con sus lecciones sobre la vida y la responsabilidad.
La música también juega un papel importante en la comparación.
Mientras que El Rey León se distingue por sus canciones inolvidables, como «Circle of Life» y «Hakuna Matata», Mufasa no logra igualar ese nivel de excelencia. Las canciones en Mufasa son aburridas, sin la chispa ni la energía que impulsaron a la película original a la fama. A pesar de la impresionante animación, el ritmo de la película se ve afectado por una música que no logra atraer ni emocionar.
En lugar de la expresividad vibrante y emotiva de la animación tradicional, la película Mufasa utiliza un enfoque de «hiperrealismo» que se asemeja más a un documental de naturaleza que a una película de animación. Algo de lo que también pecaba la versión de 2019. Los animales, por más detallados que estén, parecen carecer de la capacidad de transmitir emociones humanas genuinas, lo que hace que la película pierda la conexión emocional que hizo que los personajes de El Rey León de 1994 fueran tan entrañables. Esta falta de humanidad en los animales hace que la película se sienta más distante y menos conmovedora.
Finalmente, la sensación de que la película está «perdida» en su propósito se ve reflejada en la crítica de que el tributo a James Earl Jones al principio de la película tiene más peso emocional que la propia película en su totalidad. Este tipo de problemas subraya la falta de dirección clara y el sentimiento general de que Mufasa no sabe exactamente qué mensaje quiere transmitir.
Mufasa sigue en cines, mientras que las dos versiones de El Rey León están en Disney Plus con este enlace.