¿Qué está ocurriendo con Netflix? La plataforma de streaming afronta redadas en oficinas por investigación sobre fraude fiscal y empleo encubierto en Europa.
Netflix, uno de los gigantes del streaming estadounidense, ha sido objeto de redadas en sus oficinas en Francia y los Países Bajos, en el marco de una investigación sobre presunto fraude fiscal y empleo encubierto. Según informaron los medios franceses Marianne y Libération, la Fiscalía Nacional Financiera de Francia y la Oficina Central para la Lucha contra la Corrupción y los Delitos Financieros y Fiscales llevaron a cabo las redadas como parte de un esfuerzo conjunto con investigadores neerlandeses.
La investigación, que comenzó con una auditoría fiscal en noviembre de 2022, apunta a que Netflix habría reducido su carga tributaria, pagando menos impuestos de los esperados en función de sus ingresos. Según Marianne, en 2019 y 2020 Netflix declaró ingresos de 47,1 millones de euros, pero sólo pagó 981.000 euros en impuestos. Esto generó dudas sobre si la empresa aprovechaba estructuras fiscales en otros países europeos para reducir su contribución en Francia. Un informe adicional de La Lettre reveló que Netflix, hasta 2021, mantenía sus impuestos bajos mediante una unidad separada registrada en los Países Bajos, aunque desde entonces ha cesado esta práctica.
Fraude fiscal y empleo encubierto.
La práctica de «empleo encubierto», en el centro de las acusaciones, consiste en contratar a trabajadores como contratistas independientes, aunque sus funciones equivaldrían a las de un empleado formal. Esto permite a las empresas eludir beneficios y protecciones laborales que el personal contratado tendría por derecho, como salario mínimo, vacaciones o compensaciones por horas extra. Según Deel, esta estrategia perjudica a los trabajadores al negarles derechos laborales que les corresponderían bajo la legislación vigente.
Netflix, en respuesta al informe de DeadLine, afirmó estar colaborando con las autoridades francesas y aseguró cumplir con todas las normativas fiscales en los países donde opera. «Estamos cooperando con las autoridades en Francia, donde Netflix es un contribuyente importante para la economía local», declaró la empresa.
Sin embargo, no es la primera vez que el gigante del entretenimiento enfrenta controversias fiscales en Europa. En 2022, llegó a un acuerdo en Italia, pagando 55,8 millones de euros para resolver una disputa fiscal similar. En otro caso notable, McDonald’s también pagó una multa de mil millones de dólares por problemas fiscales en 2022.
Prácticas fiscales y controversias globales en las grandes corporaciones.
La situación de Netflix refleja una tendencia en la que varias multinacionales han sido cuestionadas por prácticas de optimización fiscal en sus operaciones internacionales. Amazon, por ejemplo, evitó durante años pagar impuestos corporativos en Japón argumentando que sus instalaciones en el país eran solo almacenes. Tras revisar sus políticas en 2016, la compañía pasó a declarar ingresos localmente y a pagar significativamente más impuestos en los años posteriores, un cambio que generó hasta 13 veces más en contribuciones fiscales entre 2017 y 2018.
El tema de la responsabilidad fiscal no solo está en la mira de las autoridades fiscales. La Asociación de Animación Japonesa (AJA) ha manifestado su preocupación sobre las prácticas de Netflix, destacando que la empresa paga únicamente tarifas de licencia iniciales sin ofrecer regalías adicionales. Esta política, confirmada por Netflix en una reciente llamada de ganancias, implica un reto adicional para la industria creativa en Japón y otros países, que dependen de los ingresos por regalías para sostener su producción.
Con un entorno regulatorio que cada vez es más riguroso, los gigantes del entretenimiento y la tecnología como Netflix, Prime Video y otros enfrentan crecientes presiones para contribuir de manera justa a las economías locales en los países donde generan ingresos sustanciales. La situación actual sugiere que la transparencia fiscal y el cumplimiento de la normativa laboral se han convertido en puntos críticos para las multinacionales en Europa y otros mercados importantes.
