La película Nosferatu es el remake del clásico de 1922 y el director Robert Eggers ha hecho algunos cambios sobre todo al Conde Orlok.
Atención SPOILERS. La nueva película Nosferatu llegará a finales de año y el director Robert Eggers ha reinterpretado a icónico vampiro Conde Orlok, un personaje que, desde su primera aparición en el cine en 1922, ha definido la estética y el tono de los relatos góticos de vampiros.
Eggers, conocido por su detallismo y estilo visual único en filmes como La Bruja (2015) y El hombre del norte (2022), ofrece una nueva visión de esta clásica historia, pero no sin controversia. Uno de los mayores cambios que se han destacado en las primeras críticas es la reimaginación de Orlok, lo que ha generado reacciones mixtas.
La trama y el enfoque de Robert Eggers.
La película Nosferatu, una carta de amor tanto a la versión original de F. W. Murnau como a la reinterpretación de Werner Herzog en 1979, mantiene el núcleo de la historia: un vampiro gótico obsesionado con una joven que desata una ola de horror y devastación. Esta vez, la joven está interpretada por Lily-Rose Depp, mientras que Bill Skarsgård asume el manto del vampiro titular.
Eggers introduce una atmósfera aún más opresiva y envolvente, fiel a su marca de horror que mezcla elementos folclóricos y psicológicos. La narrativa conserva los elementos de la historia original, pero los dota de una profundidad emocional renovada y un enfoque visual que, según algunos críticos, supera en ambición a sus predecesoras. Este enfoque visual ha sido alabado como «una pesadilla gótica» y «un sueño febril» por medios como The Wrap y The Guardian.
El gran cambio: El nuevo Conde Orlok.
El diseño del Conde Orlok en la versión de Eggers de Nosferatu ha sido el punto más debatido en las primeras críticas. En la versión original, interpretada por Max Schreck, Orlok es una figura escalofriante e inhumana, con una cabeza calva, orejas puntiagudas, dientes afilados como los de una rata y dedos largos y huesudos. Este aspecto ha definido al personaje por más de un siglo, convirtiéndose en un icono del cine de terror.
En la nueva versión, Eggers ha optado por reimaginar completamente al personaje, alejándose de su apariencia tradicional por lo que rompe con lo establecido. La intención parece ser ofrecer una interpretación más humanizada o diferente, lo que podría encajar con la visión de Eggers de crear un vampiro más aterrador en términos psicológicos y emocionales, en lugar de solo físico.
La crítica lo tiene claro.
Las primeras reseñas han sido mayoritariamente positivas debutando con un 96% en Rottentomatoes, elogiando la dirección de Eggers y las actuaciones, especialmente la de Lily-Rose Depp como el objeto de obsesión de Orlok, y la de Bill Skarsgård, quien aporta «furia terrible» al vampiro. Sin embargo, algunos críticos, como los de Variety y Total Film, han expresado su descontento con la nueva apariencia del vampiro, argumentando que pierde parte del impacto visual que definió al personaje.
A pesar de estas críticas, la mayoría coincide en que Nosferatu es un fuerte contendiente para ser una de las mejores películas de terror del año. La mezcla de horror gótico clásico con la sensibilidad contemporánea de Eggers ha sido descrita como un triunfo técnico y narrativo.
Eggers ha creado una película que homenajea al cine de terror clásico mientras empuja los límites de lo que puede ser una historia de vampiros en el cine moderno. Si bien los cambios en el Conde Orlok pueden generar divisiones, no cabe duda de que esta reinterpretación dará mucho de qué hablar entre los fanáticos del género cuando llegue a los cines el próximo 25 de diciembre.
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