Merodeadores, la serie que más aspecto de aventura pura y dura tenía, acaba siendo un tejemaneje político y una lucha de poderes. Cuidado con los reyes y reinas, tienden a perder la cabeza.
La desaparición de la capitana es un grave quebradero de cabeza para todos los miembros del Merodeador. Es la única mutante que Krakoa no permite transportarse, y el miedo es que tampoco la deje regenerarse. ¿Qué tiene la isla paraíso mutante contra Kate Pryde? Pero en su ausencia, los ratones bailan, la lucha de poder en el seno de la sociedad Fuego Infernal y su lado oscuro, empieza a ser problemática para el negocio, y eso nunca es bueno. Mientras, la el nuevo Club del Fuego Infernal recibe una advertencia, porque creen que se enfrentan a un grupo de mutantes con ínfulas, y no es así, pelean contra una nación, y las naciones pueden iniciar guerras.
Gerry Duggan tiende a contar mucho al inicio de sus obras, para luego resolver todo a golpes, y dejar cabos sin atar para usar en el futuro o dejar con lo que trabajar a aquellos que le sucedan, pero eso, acaba dejando una narración que no lleva a ninguna parte. Dejando más cosas desperdigadas que atadas y bien atadas. Llevamos poco tiempo disfrutando de Merodeadores, y si su inicio fue muy prometedor, su desarrollo vuelve a adolecer de la mecánica de Duggan, pero tranquilicémonos los que ya tememos lo peor, porque la serie ha mejorado en USA, cerrando tramas forzado por el inicio de X of Swords.
Episodio de tramite, un episodio de acción y descubrimientos, de sentimientos y poco desarrollo. Puede que Caselli sea un gran narrador, pero el argumento y el texto tan difuso de Duggan le deja poco en lo que lucirse, algunas secuencias de acción y de abrazos y lagrimas. Se espera mucho de él, si su guionista decide avanzar de verdad en algún momento por iniciativa propia, tendremos una gran aventura que disfrutar.