El personaje clásico de la JSA original vuelve en una aventura en la que Sandman tendrá que enfrentarse a sus propias armas.
Durante los 80 DC Cómics buscó la regeneración de sus personajes. Tras Crisis en Tierras Infinitas los superhéroes recibieron un cambio radical para actualizarlos. Frank Miller, John Byrne o George Pérez se encargaron de los grandes personajes. Pero hubo otro hecho importante en la década: el desembarco de los autores británicos.
Con Alan Moore a la cabeza un legión de autores que estaban sufriendo las políticas de la Tatcher, vivían en una crisis social constante, sus mayores influencias eran literarias y musicales salidas del underground. De estos rebeldes nacieron la nueva Cosa del Pantano, el nuevo Shade, el nuevo Animal Man y el nuevo Sandman. Recogieron héroes olvidados y crearon obras de arte.
Sandman con Neil Gaiman se ganó a crítica y público. Era el tercero en usar el nombre, pero se desvelaba como el original que inspiró al resto. Pero poco después el primero, el original Sandman recibiría la atención merecida.
El personaje clásico de la JSA pasaba a convertirse en un personaje pulp, más cercano a la Sombra que a un superhéroe, Matt Wagner y Steven T. Seagle fueron los encargados de relatar sus casos en casi cinco años de vida de Sandman mistery Theatre. Wesley Dodds volvían por la puerta grande. La serie no tenía nada que ver con la JSA, pertenecía a la línea Vertigo y aparte de un cruce con el Sandman de Gaiman no tuvo contacto con ningún otro personaje.
James Robinson y un primerizo Geoff Johns fueron tras la invasión británica los responsables para devolver la grandeza a la JSA y sus personajes. Los más veteranos regresaron en una serie que sigue destacando en las listas de mejores series de superhéroes de las últimas décadas. Wesley cedió su manto y así nacía un nuevo Sandman, el cuarto con este nombre.
Ha pasado mucho tiempo para que el personaje original recibiera atención por parte de DC. El veterano escritor Robert Venditti y la estrella del dibujo Riley Rossimo han Sido los padres de está nueva historia que retoma a Wesley Dodds en un nuevo inicio cercano a lo que hicieran Wagner y Seagle, con un espíritu pulp, pero con la agilidad y el desarrollo de un buen comic actual de superhéroes.
En esta nueva historia encontramos a Wesley ya siendo Sandman y con la ayuda de su pareja Dian. Situándonos en los años 30, nuestro protagonista,buscando ayudar más allá de su lucha personal y viendo como en Europa se elevan los totalitarismos, decide intentar vender sus armas no letales al ejército. Pero el robo de sus prototipos provoca una carrera contrarreloj para evitar que se usen de forma malvada.
Todo esto nos lleva a una trama de investigación con toques de noir y varias escenas propias de héroes callejeros que refuerzan el carácter de este Sandman como hombre de acción. El tomo se lee de un tirón, atrapa con un ritmo medido lleno de giros, acción y una reflexión sobre la responsabilidad, el patriotismo y la capacidad de las guerras por deshumanizar a los individuos.
El arte de Rossimo está comedido y medido durante la investigación y el mundo diario de Wesley, y se desata cuando Dodds se viste de Sandman. Con su estilo tan propio y original, con diseños entre desparejados y casi paródicos aparece la corrección del mundo para dejar un contraste dinámico y sorprendente. Y buena parte de ello también tiene que ver con sus composiciones de página, ese dominio del ritmo de lo que cuenta no está al alcance de todos.
Wesley Dodds. Sandman es un cómic para disfrutar de una buena aventura clásica con acción, misterio y diversión a raudales. Con un arte notable, escritor y artista recuperan al personaje clásico sin perder aquel pulp de la serie Vertigo.